TV-Comunicación

Portugal se preocupa del coste de organizar Eurovisión

La alegría desbordada de Portugal por ganar por primera vez en su historia Eurovisión empieza a chocar con la realidad de los costes que debe asumir por albergar la cita en 2018 y el reto de conseguir una infraestructura que se ajuste a los requisitos exigidos por el concurso. Salvador Sobral, vencedor de esta edición del festival con su tema Amar pelos dois, ya adelantó el impacto económico de su éxito a su regreso el domingo a Lisboa, donde el considerado nuevo héroe nacional, en tono distendido, se disculpó por ganar ante la Radio Televisión Portuguesa (RTP). "Sé que es necesario gastar mucho dinero y pido disculpa a la RTP, pero creo que va a ser recompensada", declaró entonces.

Pasados unos días, sin embargo, las risas se van sustituyendo por la seriedad de las calculadoras. Según explica Eurovisión en su página web, el coste de cada festival se soporta entre las cadenas europeas que lo retransmiten (unidas suman más de 6 millones de euros), la cadena anfitriona ( entre 10 y 20 millones), la ciudad en la que se celebra el concurso, varios patrocinadores y la venta de entradas.

Una abultada factura en primer lugar para la RTP, que se abstuvo de enviar representante al certamen hace cuatro años por las restricciones presupuestarias derivadas de la crisis, y en segundo lugar para la ciudad escogida, que puede, en lugar de abonar una cantidad, correr con gastos derivados, tales como la seguridad. ¿Quien tendrá el honor? Lisboa, a priori la opción evidente por ser la capital, podría no ser la mejor anfitriona, algo que dependerá de la infraestructura más adecuada para atender los requisitos del concurso, según explica el director de programas de la RTP, Daniel Deusdado.

"Vamos a mirar primero el mapa de Portugal", se expone desde la cadena pública. "Haremos esto de la forma más espectacular posible con el mínimo coste posible, gestionando cada euro", prometen.

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