El centenario del nacimiento de Gloria Fuertes es una excusa para la celebración. Lejos de agotarse en sí mismos, todos los fastos que se llevan a cabo este 2017 sirven para relanzar su obra a las nuevas generaciones, y a las no tan nuevas. Los de mi quinta la conocimos las tardes de la televisión en blanco y negro, acompañada por María Luisa Seco, en dos contenedores infantiles denominados Con vosotros y Un globo, dos globos, tres globos. Recuerdo que mi abuela comentaba al verla en pantalla, "pero qué hombruna es". Pero no era un reproche, sino un reconocimiento. Mi abuela, mediados los setenta, hace algo más de cuarenta años, respetaba tanto la personalidad de esta poetisa (entonces las llamaban así) que nada más verla en pantalla se veía obligada a abandonar cualquier otra ocupación.

Para los niños de Fuertes fue maravilloso, al tiempo que crecimos, descubrir que había otra Gloria, la que escribía para los adultos, la que era capaz de decir versos que tenían mucha más sustancia y bastantes más capas de lo que en primera instancia pudieran aparentar.

"Agota perdonar./No puedo soportar a mi lado/a aquella gente/que tengo que perdonar/constantemente./ Me voy/(Perdóname en la distancia)/porque es demasiado/ perdonar al amado./Agota/Agota/Agota este gota a gota".

Fue José Hierro el que se atrevió a calificarla como "la poeta de los poetas". Esta semana se rinde tributo a su obra en un Curso de Verano de la Complutense en San Lorenzo de El Escorial. Ana Rossetti, Paloma Porpetta, Fanny Rubio y otros tantos estudiosos analizan los recovecos de su obra. Y cantantes como Ismael Peña (sí, el Ismael de la banda del Mirlitón, que aparecía en La 1 de TVE en los tiempos de Gloria) también ha acudido a la cita para recordar sus versos y actualizarla. A Javier Marías no se le espera. Él se lo pierde

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