Las finales anteriores

Una novena por el sexto título

  • El Sevilla prolonga su idilio con la Copa de España, iniciado en tiempos de la II República y con dos nuevas conquistas en el siglo XXI

Sánchez Pizjuán, con la 'primera'.

Sánchez Pizjuán, con la 'primera'. / M. G.

Aunque todo un doctor de la Iglesia como San Agustín advirtiera de “no caer en costumbres paganas durante las novenas”, en alguna que otra se permitirán tropezar los sevillistas que viajen a Madrid. Y es que esta novena final no será lo que se dice una “práctica devota, dirigida a Dios, a la Virgen o a los santos, que se ofrece durante nueve días”, como define la RAE. Devoción habrá, pero concentrada en un día y dirigida a un Sevilla de carne y hueso que busca su sexto título de Copa de España. En 2018 continúa un idilio iniciado hace ya 83 años. En 1935 el Sevilla venció al Sabadell 3-0 en la final para levantar la entonces llamada Copa del Presidente de la República, que pasó a los de Nervión de manos del propio Niceto Alcalá Zamora, jefe del Estado y consabido devoto.

En 1939 llegó la segunda Copa, entregada por el general Moscardó. Nueve años después, Franco dio la tercera a Joaquín, capitán de aquel Sevilla memorable que también ganó la única Liga de su historia.

En 1948 se cerró el palmarés que tan familiar resultó a los sevillistas que hoy superen la treintena. Una Liga y tres Copas que no encontraron nuevos compañeros de vitrina durante 58 años, puesto que las finales de 1955 y 1962 se perdieron. Era el mantra que acompañaba a los aficionados de varias generaciones: “Una Liga y tres Copas”.Eindhoven cambió la vida de una entidad que desde 2006 vive enamorada de Europa, pero que tampoco ha olvidado su idilio con la Copa. En 2007, ante el Getafe, se culminó una temporada espectacular en el Santiago Bernabéu. Y en 2010 fue Palop, encumbrado por sus actuaciones, quien agarró el último título copero del Sevilla.En 2016 volvió a llegar el Sevilla a la final, aunque casi sin fuerzas tras levantar su quinta Europa League días antes. Aun así, aguantó hasta la prórroga a todo un Barcelona.

Ahora, ante el mismo enemigo que privó hace dos años del sexto título a los sevillistas, llega la novena oportunidad. Rienda suelta a la devoción.

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