Las campanas rompieron a sonar bajo la expectación de cientos de devotos que rodearon la iglesia de San Mateo de Tarifa al filo de las 19:30 del Viernes Santo. La hermandad del Santo Entierro se echó a la calle entre la majestuosidad de su desfile y los rayos de sol que arropaban su camino entre los turistas, muchos de ellos que descubrían ante sus ojos su primera Semana Santa.

La hermandad realizó una magnífica estación de penitencia en su desfile con el Cristo Yacente y Nuestra Señora de las Angustias y el Cristo de la Caridad. El primer tramo de nazarenos con el que se abrió el cortejo, correspondiente a la Cruz de Guía, lo formaron representaciones de todas las hermandades y cofradías penitenciales de Tarifa con sus insignias y en el orden de su salida procesional.

El paso del misterio avanzó por las calles de Tarifa arropado por la banda de música Pintor Manuel Reiné. La hermandad este año contaba con varias novedades como la diadema plateada de orfebrería castilleja, el sudario de tul bordado para la Cruz del paso del misterio, dos cuellos antiguos bordados uno con encaje de guipur y otro de Bruselas, así como el estreno de la marcha procesional para Nuestra Señora de las Angustias compuesta por Andrés Contreras.

La imagen del Cristo Yacente es una talla de Olot realizada a principios del siglo XX en la que se representa a Jesús muerto y reposando su cuerpo decúbito supone sobre un lecho. El paso de la Piedad es una obra del sevillano Jaime Babío de 2007, en la que representa a Jesús que yace en el regazo de su madre después de descender de la cruz.