-Segundo año como Hermano Mayor y con notables novedades, ¿no es así?

-El año pasado tuvimos la gran novedad de la restauración del Cristo, y este año será la restauración de la imagen de Nuestra Señora del Mayor Dolor, que se terminó hace unos días en el gabinete de restauración municipal. También hay otras como el estreno del cuerpo de acólitos este año para el paso del Cristo con sus dalmáticas y ropón de pertiguero, confeccionados por un grupo de mujeres de la hermandad. En esta Junta nunca encontraremos palabras de agradecimiento para ellas, pues llevan una semana trabajando doce horas diarias para poder terminar las ocho dalmáticas, con sus correspondientes albas, así como el ropón del pertiguero.

-¿Qué significa para una persona joven ser el Hermano Mayor de la Cofradía más antigua después de fusionarse con la Archicofradía del Carmen, que data del año 1748?

-Mucha responsabilidad, porque tanto la Archicofradía del Carmen como la Buena Muerte, son dos asociaciones de la iglesia local con mucho peso. Por un lado, lo que significa para este pueblo la Virgen del Carmen y, por otro, la Buena Muerte, una de las Cofradías de Algeciras con mas tradición en la Semana Santa, siempre impregnado de una gran seriedad, de una forma de hacer las cosas muy determinada.

-¿Qué te quedó por hacer en estos dos años que llevas como Hermano Mayor? ¿Qué piensas que deberías hacer antes de que termine tu mandato?

-Lo más urgente sería haber acometido la restauración del manto de la Virgen del Mayor Dolor. Es una joya que salió de las manos de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, pero la situación económica no es la adecuada para acometer ese proyecto. Sí es verdad que ya lo han estado viendo algunos bordadores y tenemos varios informes sobre su restauración, aunque para acometer una obra de esta envergadura necesitamos estar muy seguros. Por ello estamos esperando tener otro dictamen de otros bordadores. También estamos haciendo gestiones con el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, pensando que esta institución podría hacernos un informe de lo que sería mejor de cara a la restauración y conservación. Es la gran asignatura pendiente que, por el momento, tiene esta Junta de Gobierno que presido.

-Si digo Padre Cruceyra, ¿qué contestas?

-Necesitaríamos mucho tiempo y siempre me quedaría corto. En el día que hoy vamos a vivir yo diría: Padre Cruceyra, caridad y buena muerte. Él impregno toda la Hermandad y la sigue impregnando, porque su recuerdo sigue presente. Todo lo que nos enseño y transmitió sigue estando vigente, no sólo en la Hermandad, sino en nuestras propias vidas.

-Mucho se está hablando de que es posible que algún año la Cofradía cambie su forma de cargar los pasos. Ya sabe a qué me refiero.

-Es una decisión que no está en mi mano. Sabes muy bien cuál sería mi preferencia pero eso ocurrirá, si es que ocurre, cuando un Cabildo de Hermanos decida que quiere cambiar la forma de cargar nuestros pasos. Es verdad que existe dentro de la Hermandad un debate, que no nos parece positivo para la propia Cofradía, deseamos que ese debate se acabe. También es verdad que hablando con las cuadrillas de cargadores y otras personas de la Hermandad, en estos momentos no son partidarios del cambio.

-¿Cuál sería tu deseo para un futuro respeto a la Cofradía?

-Ver esta Capilla rebosando de hermanos cuando celebremos los cultos a nuestros titulares. Ya se están dando pasitos, pero todavía nos queda mucho que trabajar para lograr este objetivo.