Las aceras de la calle Jardines se quedaron pequeñas para acoger el numeroso público que no quiso perderse la espectacular salida de la Real Hermandad de Penas y Dolores. Una salida esperada tras una climatología caprichosa que impidió las anteriores estaciones de penitencia de esta señera hermandad, que este año celebra su 115 aniversario.

Por este motivo la Hermandad del Gran Poder le entregó una medalla conmorativa en uno de los muchos momentos emotivos que dejó la jornada.

La Cruz de Guía cumplió con el horario previsto y las puertas de Santiago se abrieron con el paso de Jesús de las Penas, que estrenó las canastillas laterales y trasera, escoltado por sus nuevos capataces, Jorge Pozo e Isaac. El señor lucía un excepcional adorno floral con claveles premium, muy nazarenos. Las notas de Jesús de las Penas en los instrumentos del trío de capilla Lignus Crucis mostraron el buen hacer de la cuadrilla que enfiló la calle Jardines.

Le seguía La Dolores con luto en sus andas por el antiguo miembro de la Junta, Antonio Ahumada Dalmedo. Reluciente con el juego de rosas, alhelíes, orquideas y calas de las hermanas Dori y Ana Villodres, la señora de San Felipe llevaba prendida la nueva corilla de broches engarzados, donada por un hermano, junto al puñal, el rosario y la flor de lis, que con detalle se pudo disfrutar en la exposición de enseres. Su vestidor, Ángel Ruiz-Mateos Cortina, se encargó por primera vez de cada detalle para que apoyada por los acordes de Mater mea de la banda de la Villa de los Barrios, la añeja cuadrilla de Dolores marchara a las órdenes de Miguel Urbano y Juan Correa. Todo un lujo.

La Semana Santa linense vive esta noche uno de sus momentos grandes, la salida del Medinaceli. Será desde la parroquia de Santiago a las 20:15 horas junto a María Santísima de la Trinidad y entre cientos de nazarenos y promesas.