penas y dolores

Brillante salida desde Santiago

  • La hermandad ofrece un desfile marcado por la maestría a la hora de guiar los pasos

Los integrantes de la hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de los Dolores disfrutaron ayer con la salida a la calle de sus titulares después de que el desfile de 2016 tuviera que ser acortado por un aguacero. La ausencia de nubes y una temperatura agradable presagiaban lo que luego se acabó produciendo: una procesión brillante para una hermandad señera en La Línea -data del año 1899- y que fue pionera en la ciudad en cargar a costal a sus sagrados titulares.

Tras la cruz de guía y los primeros penitentes, con el nuevo libro de reglas de la hermandad, a las siete todo estaba dispuesto para la salida de Jesús de las Penas, que fue recibido entre aplausos después de salvar con maestría el angosto paso por la puerta de la parroquia de Santiago Apóstol, en la calle Jardines.

Jesús de las Penas sale de la parroquia de Santiago

Entre una nube de incienso que perfumaba el ambiente y los sones de la marcha real, el capataz Jorge Pozo dio las instrucciones precisas para que los 35 costaleros que comenzaron la procesión (la cuadrilla está formada por 65 personas para cubrir todo el recorrido) obraran el reencuentro del venerado Cristo linense con su pueblo, que esperaba con cámaras y teléfonos para registrar el momento.

Los toques del llamador, uno de los estrenos de este año para la cofradía, precedieron el suave movimiento del paso que salió engalanado con lirios y salpicado por unas pocas rosas. Un sobrio exorno para un conjunto escultórico que también estrenaba un alfiler para el alzacuellos del Señor elaborado en plata, con baño de oro y amatistas. La banda de cornetas y tambores Santa Bárbara de la ciudad contribuyó con sus sones a realzar la ya de por sí imponente talla del Cristo camino del Calvario.

Minutos después, y en este caso bajo las órdenes de Miguel Urbano, el paso de la Virgen de los Dolores cubrió igualmente con precisión la maniobra de salida del templo. Muy ajustada, más si cabe que la del Cristo, por las dimensiones del palio que se meció con mimo por parte de los 30 hermanos costaleros que iniciaron la procesión (otros 20 conforman el relevo).

Las ocho vasijas de plata y los laterales del palio lucieron bellísimos, cuajados de claveles blancos y flores de cera mientras que la ausencia de viento permitió llevar la candelería en todo su esplendor durante gran parte del recorrido.

La Virgen estrenó una saya confeccionada por el bordador gaditano José Luis López, mientras que el manto que prepara el taller de bordados de la hermandad estará listo para el año que viene.

La Virgen de los Dolores recorre las calles de La Línea

La salida de anoche fue especial para la hermandad por suponer un cambio en el recorrido respecto al de años anteriores, si bien ayudó a mitigar el cansancio de las cuadrillas al discurrir por calles en mejor estado y con menos cableado entre las aceras.

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