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crisis sanitaria

El insólito caso del doctor Farrington

  • La dimisión en bloque del equipo de Ortopedia Infantil en el Hospital Virgen del Rocío hace tambalear una unidad referente

  • Las familias exigen al SAS que recupere a los especialistas

El doctor David Farrington en el Hospital Infantil Virgen del Rocío, en imagen de archivo.

El doctor David Farrington en el Hospital Infantil Virgen del Rocío, en imagen de archivo. / josé ángel garcía

El doctor David Farrington y su equipo lograron en 2010 la prestigiosa acreditación ministerial CSUR, Centro de Referencia Nacional, para tratar graves problemas de la columna en la edad pediátrica, pie zambo, displasias óseas y parálisis cerebral, en el Hospital Infantil. Hasta entonces, unos 150 niños andaluces aquejados de graves malformaciones, y sus familias, solían verse obligados, cada año, a hacer las maletas para acceder a complejos tratamientos en hospitales de Madrid y Barcelona. El empuje y el empecinamiento del doctor Farrington por sus pacientes en el Virgen del Rocío han permitido que hoy niños que sufren graves problemas puedan recibir los tratamientos que necesitan en Andalucía, en la sección de Ortopedia Infantil del Hospital Virgen del Rocío.

"Me emperré en acabar con la cultura de derivar a pacientes a Madrid o a Barcelona". Estas palabras fueron pronunciadas hace apenas un año por el prestigioso traumatólogo infantil, durante una entrevista publicada en Diario de Sevilla. Un año después, la noticia de la dimisión en bloque de su equipo en la sanidad pública ha generado una profunda crisis en el Infantil. Un caso insólito.

La explicación oficial basada en cuestiones legales no convence. Ni a los padres, ni a incrédulos. Los pacientes de Farrington son niños sometidos a duros tratamientos durante años, y muchos de ellos están pendientes de intervenciones quirúrgicas muy serias. "¿Cómo puede el sistema público, que es de todos, perder al doctor Farrington?", cuestionan las familias. "¿Dónde están los magníficos asesores de la Junta?, que medien", insisten desde hace días a través de grupos y redes sociales. "Farrington es un lujo para la sanidad pública", advierten.

Ante la desesperación transmitida por familias, que se sienten abandonadas por el sistema, las autoridades hospitalarias trataron de apelar a la calma, en la reunión que mantuvieron el pasado jueves con ochenta padres afectados. El primer encuentro de estas características en la historia reciente de un hospital, que es considerado el buque insignia de la sanidad andaluza. "La atención a estos niños está garantizada", explicaron los responsables del hospital a los afectados. Pese a sus esfuerzos, los miedos y la incertidumbre persisten. Los padres quieren a Farrington.

Los más afectados son niños sometidos a duros tratamientos y pendientes de revisión

Las fuentes oficiales argumentan que el motivo de la dimisión es la intención de Farrington de ejercer en la sanidad privada, sin renunciar al complemento de exclusividad. Ser director de sección o de servicio en el SAS es incompatible con el ejercicio privado. Este argumento no logra explicar por qué un prestigioso doctor, que atesora una amplia trayectoria como superespecialista en procesos infantiles muy complejos (formación, investigación, estancias en el extranjero, etcétera), se ve abocado a dimitir y a abandonar un centro al que ha logrado colocar en la primera línea a nivel estatal e incluso europeo.

En 2014 el doctor Farrington fue también noticia: su equipo fue pionero en Europa en aplicar, con buenos resultados, una delicada intervención (la técnica del tirante) a una niña con una grave deformidad en la columna. Un hito para la sanidad pública que ahora parece menospreciado. Quienes conocen al doctor Farrington dicen que es un declarado defensor de la sanidad pública. Su actitud díscola, a la hora de aplicar criterios economicistas exigidos por un sistema de salud con presupuestos mermados en años de crisis, le ha provocado más de un problema en el organigrama del hospital, que dirige el futuro de los equipos médicos y de sus pacientes. La marcha del referente en Ortopedia Infantil hace tambalear el principal valor del SAS: la razón de ser del sistema público de salud son los pacientes. Ningún conflicto interno puede llegar a explicar la gran pérdida que supone para la sanidad andaluza.

Una veintena de padres con niños en tratamiento llenan las redes sociales con elogios que hablan de la humanidad y del buen hacer del médico. Atónitos por su marcha, han iniciado una campaña de recogida de firmas. "¿Qué ha ocurrido para que se vea obligado a dimitir?". No logran respuesta que les consuele.

La dirección gerencia del Hospital ha tratado de buscar soluciones, sin éxito. ¿Choque de trenes?, ¿guerra de titanes?, ¿presiones, o quizás, acoso laboral? El sinsentido parece que ha ganado, de momento, la batalla, con daños colaterales. Los más afectados: niños sometidos a delicados tratamientos. El sistema pierde.

El Virgen del Rocío busca nuevo equipo. Los nombres que se barajan son reconocidos traumatólogos especializados en patologías del adulto, que también atesoran una amplia trayectoria; y que también ejercen en la sanidad privada, como otros muchos galenos. "Son especialistas en traumatología del adulto cuando lo que nuestros hijos demandan, y hasta ahora han tenido, es ser tratados por especialistas pediátricos". El regreso de Farrington y de su equipo al Infantil es un clamor de las familias afectadas.

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