La psoriasis es una enfermedad inflamatoria autoinmune y crónica de la piel, pero que puede desencadenar otros problemas de salud. En hasta un 30 por ciento de los pacientes, esta enfermedad va más allá de un problema cutáneo y aparece además, la llamada artritis psoriásica. Se trata de una patología que se caracteriza por una inflamación crónica de las articulaciones, provocando hinchazón y dolor. Y pese a que se desconoce su causa los expertos creen que es la consecuencia de una suma de factores genéticos, inmunológicos y ambientales, ya que de hecho un 40% de los pacientes con esta patología tiene familiares cercanos afectados.

El tratamiento de la artritis psoriásica varía en función de cada paciente dependiendo de la intensidad de las articulaciones inflamadas y de la gravedad de las lesiones cutáneas. Y siempre recordando que aunque para aliviar las articulaciones sea necesario el reposo, en esta patología es necesario practicar ejercicio físico diario para evitar la atrofia.

Para hacer frente a la artritis psoriásica los expertos recomiendan llevar hábitos de vida saludable como, practicar ejercicio físico (se recomienda hacer ejercicio diario, unos 20 a 40 minutos, repartidos en dos veces al día), acudir a terapia ocupacional para comprender la enfermedad y tratamiento farmacológico como consideren los especialistas. Además existen una serie de medidas generales a tener en cuenta en el tratamiento de la Artritis Psoriásica como son evitar los episodios de depresión o desánimo, considerar en su justa medida los trastornos psicosociales, abordar las comorbilidades asociadas a la enfermedad y asistir en el alivio del dolor e inflamación para detener la progresión y mejorar la calidad de vida del paciente. En cualquier caso los reumatólogos saben implementar la cadencia terapéutica según las necesidades de los pacientes y el momento evolutivo de la enfermedad. Porque hay muchos elementos a tener en cuenta a la hora de decidir el tratamiento más preciso y eficaz. Sin olvidar que la gravedad de la artritis no tiene relación con la lesión de la lesión de la piel.

Hay que recordar que mantener un estilo de vida saludable es fundamental para combatir la psoriasis y la artritis psoriásica. Estas patologías producen dolor y en el caso de la artritis inflamación en la zona afectada y para que mejoren los síntomas es recomendable evitar hábitos perjudiciales. El estrés, el sobrepeso, el colesterol elevado, una piel poco hidratada y el consumo de tabaco y alcohol, son los grandes enemigos de estas enfermedades. Además mantener una alimentación poco equilibrada puede ser un factor desencadenante.

De ahí que los expertos recomienden llevar una dieta saludable, combinada con ejercicio físico moderado y un régimen en casos de sobrepeso. Los pacientes con APs tampoco deben olvidar ingerir abundante de agua para mejorar la hidratación corporal y eliminar toxinas. El agua de mar, el sol y la arena favorecen al organismo de estos pacientes, por lo que acudir a la playa es una buena manera de aliviar los síntomas y de aportar bienestar. Seguro.