El aumento imparable del consumo de cocaína y su extensión entre todas las capas sociales y edades, sobre todo a partir de los años 90, está teniendo su reflejo en las estadísticas asistenciales. Entre 2000 y 2007, la cifra de personas con problemas de adicción a esta droga que demandaron tratamiento en alguno de los centros del Servicio Provincial de Drogodependencias (SPD) de Cádiz se multiplicó por siete.

En Andalucía, el incremento del número de drogodependientes que solicitaron terapia contra esta toxicomanía se multiplicó por ocho en el mismo periodo, según afirmó ayer Alfonso Matías, director de este departamento dependiente del Área de Igualdad de la Diputación que encabeza Margarita Ledo. De hecho, los pacientes adictos a la cocaína acapararon en 2007 el 33,4% de las demandas de tratamiento en territorio gaditano, sólo por detrás de la provincia de Sevilla.

"El perfil de cada consumidor va muy vinculado al tipo de sustancia que consume pero, generalizando, se puede decir que aquella imagen del heroinómano marginal hoy día ya prácticamente no existe, que se ha producido una normalización del consumo y que la coca ha ganado un peso específico muy importante", explica Matías. No en vano, las penúltimas campañas de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), incidieron en esa invisibilidad falsa de los daños que causa el abuso de esta sustancia. Baste recordar los carteles de aquel ejecutivo trajeado y de aquella chica elegante durmiendo en la calle, entre cartones.

A fin del año pasado, la cifra de pacientes del (SPD) en activo en la provincia era de 6.706. Sólo en 2007, el número de quienes iniciaron algún tratamiento fue de 3.096, de manera que el dato de quienes pidieron ayuda profesional para abandonar el consumo de cocaína alcanzó las 1.034 personas. Por otro lado, del total de quienes acudieron en 2007 a algún centro, 2.041 lo hicieron por primera vez. A la cocaína como sustancia generadora de la mayor demanda de tratamiento le siguen el alcohol, con un 23,9% del total, los opiáceos y sus derivados (23,7%) y el cannabis, cuyas cifras de petición de terapia se vienen manteniendo desde hace años en torno al 11% y el 12%. Las admisiones en la provincia representan un 17% del total de Andalucía, una cifra casi invariable desde hace años.