La afluencia de moteros en la noche del sábado en El Puerto fue masiva, como hacía tiempo que no se recordaba. Si bien la tarde fue más floja y no hacía presagiar la avalancha que llegaría después, la madrugada trajo a la ciudad las imágenes de cientos de motoristas circulando con sus máquinas por la Ribera del Marisco, Plaza de Las Galeras y avenida Micaela Aramburu, con cientos de espectadores a su paso, camino de las decenas de establecimientos de hostelería que permanecieron abiertos dos horas más de lo habitual, debido a la prórroga concedida por el Ayuntamiento.
El concejal de Seguridad, Ángel M. González, valoró ayer que la ciudad se ha vuelto a poner "como referente y epicentro de la motorada, con el centro repleto de personas, las calles peatonales con mucho movimiento y todas las terrazas y pubs a rebosar".
En cuanto a Ribera del Río, avenida de la Bajamar y Micaela Aramburu la Policía Local iba cortando de forma intermitente la entrada de motocicletas para subsanar incidencias o desahogar la zona. En la zona de la barriada de El Tejar, Bahía Mar y la urbanización Valdelagrana, la incidencia de moteros fue menor que en el centro, aunque también se notó más ambiente que en años anteriores. En cuanto a incidencias de tráfico, fueron leves, con algunos accidentes de menor importancia por despistes en retenciones, algunos hurtos y percances entre vehículos y peatones por atropello o similares, sin consecuencias graves.
El alcalde, David de la Encina, agradeció en las redes a policías, seguridad privada, Protección Civil, bomberos, sanitarios, mantenimiento, limpieza, y profesionales de la hostelería "que El Puerto haya vuelto a brillar", pidiendo disculpas a los vecinos "porque en una aglomeración tan masiva resulta imposible evitar molestias".
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