Provincia de Cádiz

"En Jerez falta un buen centro de congresos"

- Ha dicho que en ello se juega su prestigio.

-Porque el hotel Puerto Sherry ha sido, hasta la fecha, un desastre desde su inicio, y queremos demostrar que se puede llevar este hotel con éxito, con la experiencia de nuestro grupo. Creo que lo estamos demostrando, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer. Pero todo eso no se hace en un minuto, teniendo en cuenta además la situación que estamos viviendo, con el viento en contra, la crisis internacional.

- ¿Qué provincia descubriremos con el tiempo?

-Eso dependerá de las infraestructuras. Empezamos a fallar con el aeropuerto de Jerez, donde continuamente tenemos malas noticias de anulación de vuelos directos nacionales e internacionales. Luego, el AVE puede ser algo muy positivo para la provincia. En este momento, la provincia está totalmente maltratada por la Renfe, porque la gente que quiere venir hasta Cádiz tiene que hacer una interrupción en Sevilla... No hay la necesaria fluidez entre Cádiz y Madrid. Las infraestructuras son importantísimas. La importancia, también por ejemplo, de la autovía Jerez-Los Barrios. Es una autovía magnífica, pero también es verdad que ha llegado con cuatro o cinco años de retraso, como todo. ¿Usted cree que el segundo puente de Cádiz va acabar en marzo o abril? Yo no lo creo. Administrativamente, Cádiz está maltratada.

- Y a Jerez en concreto, ¿qué le hace falta?

-Un centro de congresos bien hecho. A nosotros ya se nos han escapado dos congresos importantísimos, porque no existe un sitio donde pueden sentar a 1.500 personas a trabajar. Porque usted sabrá lo que es un congreso: un día de trabajo serio y tres de cachondeo. Y para cachondeo, aquí tenemos todo: las bodegas, el flamenco, los caballos, el campo, la gastronomía... Tenemos todo para hacer un congreso perfecto, menos el local donde puedan trabajar un día. Éso es un drama.

- ¿Jerez o Rota?

-Depende. Las dos. Yo tengo mis raíces en Rota, pero en Jerez somos muy felices. Hemos descubierto el mundo del vino. Cuando vivíamos en Rota, yo me tomaba un fino de vez en cuando, pero ahora mismo me aprovecho de un oloroso, un amontillado... Y aquí hay productos tan buenos, que esto es otra cosa. Pero el jerez no está promocionado, como el turismo en la provinciade Cádiz. El jerez es un desconocido en el mundo entero. Nadie sabe que existen los olorosos y amontillados, que son los vinos buenos de Jerez. Yo creo que ahí, el Consejo Regulador del vino y los bodegueros se equivocaron un poquito intentando defender el fino en el mundo entero cuando los otros vinos eran más fáciles de vender que el fino, porque el fino es un vino muy delicado y complicado.

- ¿Cómo se portan los ayuntamientos?

-Hay ayuntamientos que han comprendido la necesidad, que conocen la importancia del sector turístico y hay otros que miran al lado todavía, pero creo que el destino de la provincia, especialmente del litoral costero y Jerez también, es bueno. Jerez se ha convertido en una auténtica ciudad turística, pero estamos aquí con los mismos problemas. Yo no sé si los caballos tienen o no hambre, porque no tienen dinero para pagar la comida. Para mí, la Escuela Ecuestre, el Museo de Relojes, la Fundación Teresa Rivero… son patrimonio de todos los jerezanos, no el juguete de ciertos políticos. Ahí han nombrado gerentes que de caballos no tienen ni idea. Esto sí que es importante. Que el patrimonio turístico que tenemos, que luce, y que no sale en los periódicos sino hay problemas. Y ese patrimonio es una joya turística, no se puede perder. Y por eso el sector privado tiene que ayudar, colaborar, para que esto se mantenga.

-Premio Ciudad de Jerez, de Andalucía de Turismo, Astaroth, de la Asociación de Agencias de Viaje, el de sus propios empleados... ¿no le abruma tanto reconocimiento?

-Me preocupa un poquito... me dan tantos premios porque piensan que voy a cascarla pronto. Pero bien, hay que estar agradecido y si te dan un premio es que respetan tu trabajo. Pero yo no he trabajado para recibir premios, hemos trabajado para sobrevivir. Ahora, siempre agrada recibir un premio de las instancias administrativas o de lo que sea. Esto hay que reconocerlo. Da una satisfacción, pero no me quedo despierto por estas cosas, sigo durmiendo bien.

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