operación Valdivias

Cae una banda de aluniceros que actuaba en Cádiz, Sevilla y Badajoz

  • Hay 13 personas detenidas y se han recuperado 10 turismos y otros objetos robados

Imágenes de la operación.

El Adri, el Largo, el Kiki... Leyendo sus apodos uno podría pensar que hablamos de una pandilla de adolescentes, de un equipo de futbito, de una chirigota. Pero no, no se engañen, el Adri, el Largo y el Kiki son algunos de los miembros de una activa banda de aluniceros que operaban en las provincias de Sevilla -de donde son originarios-, Cádiz y Badajoz y que ha sido desarticulada por la Guardia Civil en el transcurso de una larga operación denominada Valdivias.

Este grupo criminal itinerante de aluniceros es responsable, según los investigadores, de multitud de robos en establecimientos. Los detenidos se desplazaban desde Sevilla en turismos de dos modelos concretos, que robaban en cuestión de segundos utilizando un clonador de señal de apertura.

Según ha informado la Benemérita, eran tan activos que cometían robos casi tres veces por semana, principalmente en tiendas de telefonía móvil, perfumerías, estancos y establecimientos de paquetería. Hay 13 personas detenidas y se han recuperado 10 turismos que habían sido sustraídos, además de multitud de efectos procedentes de los robos.

La operación se inició tras un robo en un establecimiento de telefonía móvil de Chipiona por el procedimiento de ruptura violenta con mazas de los cristales del escaparate del establecimiento. Tras acceder al mismo, sustrajeron una gran cantidad de material y huyeron a toda velocidad del lugar de los hechos.

Las investigaciones revelaron la existencia de un grupo criminal afincado en la barriada de Los Pajaritos y Torreblanca, que se había especializado en el robo de turismos de dos modelos concretos, para lo que utilizaban un clonador de la señal de apertura del mando a distancia. Robaban estos vehículos en cuestión de segundos, hasta el punto de robar uno de ellos casi cada día.

Además, la banda alquilaba turismos a nombre de personas afines a los asaltantes con los que se desplazaban por las provincias de Cádiz, Sevilla o Badajoz y realizaban las vigilancias de sus objetivos. Una vez seleccionado el establecimiento que alunizar, estrellaban uno de los coches robados marcha atrás en el escaparate. En un par de minutos abandonaban el lugar cargados con su botín, el cual traspasaban a los vehículos alquilados y dejaban el turismo robado abandonado en cualquier lugar. Al día siguiente vendían la mercancía robada a un receptador, que les pagaba en metálico.

El ritmo de vida que llevaban estos jóvenes era tan frenético que el dinero les duraba pocos días, por lo que tenían que volver a salir a conseguir más. Este frenesí delictivo impuso a los investigadores un ritmo impresionante de trabajo, entre seguimientos, gestiones judiciales, labores policiales y miles de kilómetros de desplazamientos para poner freno a estos delincuentes.

Según la Guardia Civil, el principal cabecilla es José Ángel G.N, alias el Largo, que era quien se encargaría de seleccionar los objetivos y dar el visto bueno para cometer los robos. Adrián A.R., alias el Adri, era uno de sus hombres de confianza. Además, entre la docena de investigados, también estaban sus parejas sentimentales, que incluso participaban en las vigilancias a los establecimientos o accedían a poner los coches a sus nombres. Pese a ello ambas han sido puestas en libertad por el juez que instruye el caso.

El pasado mes de enero, de madrugada, se realizaron seis entradas y registros simultáneos que culminaron con la detención en un primer momento de ocho miembros del grupo, siendo detenidos en días sucesivos los otros cinco que faltaban, como presuntos autores de los delitos de robos con fuerza, robo/hurto uso de vehículos, y pertenencia a grupo criminal. Se han esclarecido hasta el momento un total de 25 delitos, si bien no se descarta que se esclarezcan más, ni que se practiquen más detenciones.

La operación ha sido llevada a cabo por componentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Cádiz, apoyados por guardias civiles del GRS-2 de Montequinto (Sevilla) y de la Unidad de Seguridad Ciudadana y USECIC de Cádiz, además de distintas unidades de la Policía Nacional y policías locales de las poblaciones donde el grupo cometía sus hechos delictivos. Ha estado tutelada por el titular del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº 2 de Sanlúcar de Barrameda.

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