Tribuna

Francisco silvera

Escritor

En torno al cadáver de Queipo

Hay que dar un golpe (de intelecto) en la mesa y colocar en su sitio a los extremistas que aprovechan la libertad de expresión para atacar precisamente esa libertad

En torno al cadáver de Queipo En torno al cadáver de Queipo

En torno al cadáver de Queipo

Vuelvo a estas páginas por la indignación que me ha provocado un artículo aparecido el martes 25 de julio: Queipo: en bien de la patria y la república [sic]... En un país serio cosas así serían rarezas de grupos esotéricos negacionistas, vinculados a conspiraciones ufológicas, búsquedas del grial y demás novelería ya demodé.

Dar por sentado que la pugna de ideas sitúe a unos entre los "descerebrados" y a otros en la perspectiva de la santa verdad no es muy apropiado. Igual que es simpleza afianzar opiniones generales en un hecho concreto, lo del "matagatos", de este cariz es la trama:

1. Nos enseña que el alzamiento o rebelión militar se hizo en defensa de la República, como si no lo supiéramos; e igual que todo este revisionismo amplificado habla como si ser republicano fuera pertenecer a un partido (triunfo de la propaganda de la dictadura); no olvidemos que República y Estado son sinónimos a efectos prácticos y por tanto la rebelión fue contra el Estado español, esto es, contra el pueblo al que representaba. Fue la dictadura impuesta quien construyó esta idea demagógica y falsaria de la República como bando. No entender esto es participar de la defensa en los intereses de clase, motivo real de la sublevación: imponer una idea de patria, de justicia, de clase, de creencias, de bandera... Repito, esto es justificar golpes de Estado en función de las ideas que los preconicen. Es ser un golpista adobado de Verdad, que es lo que hay detrás de toda esta moda revisionista.

2. Nos obliga a retratarnos: apoyar una dictadura fascista y soporte del nazismo incluso durante la II Guerra Mundial era el Hado histórico que nos habría de librar de esa otra verdadera dictadura que era el comunismo, y por tanto atacar a Franco o Queipo es apoyar a Stalin y su terror. La responsabilidad de esta estupidez por simplificación es de estos intelectuales tibios que afirman que pensadores como J. R. Jiménez o Aub, verbigracia, fueron víctimas del cruce de fuego extremista... falseando la Historia, porque la intelectualidad relevante en su mayoría (la que seguimos estudiando hoy, a no ser que afirmemos la supremacía del justamente casi olvidado Pemán sobre Salinas o Lorca o Cernuda o...) estuvo en defensa no de criminales, sino de la legalidad y de la Justicia separadas del poder, de la libertad de pensamiento y del desarrollo de un país equilibrado para compensar los atrasos derivados de su Historia.

Lo terrible de la República, el acecho soviético, a mí me no me aporta nada relevante es esta polémica: la diferencia está entre un Estado legítimo, con todas sus dificultades e ilegalidades analizables históricamente, repásense sus crímenes, júzguense sus errores, lo que quieran (lo que fue, no lo que pudo ser), y otro Estado erigido específicamente para la depuración de sus habitantes hasta convertirlos en el modelo de su horma a través del exterminio sistemático (totalitarismo), y podríamos aportar documentos militares, judiciales y hasta esta cosa de la yihad, perdón, Cruzada aprobada por la Iglesia Española para participar en la persecución y eliminación estructural de esa parte de los españoles.

Éstos son los hechos, sin valoración, y aquí sí invito a retratarse de una vez a la intelectualidad ibérica: yo no defiendo crímenes de nadie, todos me parecen perseguibles, lo que no tolera mi inteligencia ni mi ética es la discusión falsa de si hay justificación para masacrar por motivos políticos, religiosos, económicos, raciales... que es el motivo (empós de la paz... nacional) por el que terminó transformándose la Voluntad General española en la sacrosanta nacionalcatólica de la Chulapona y su coro de Bajos (cito a JRJ).

Hay que dar un golpe (de intelecto) en la mesa y colocar en su sitio a los extremistas que aprovechan la libertad de expresión para atacar precisamente esa libertad. Los crímenes de Estado se investigan y se juzgan, incluso históricamente; pero erigir un Estado cuya justificación, esencia y finalidad explícitas sean el exterminio decretado por leyes arbitrarias de intereses particulares, eso es ser un totalitario.

Esa "harka [...] que no pisa la iglesia" debería estar agradecida al cristianismo y gentes como Queipo, viene a decir para concluir el autor del artículo, porque gracias a ellos hoy podemos hablar... Tiene suerte. En otros países se puede ir a la cárcel por defender a asesinos de masas, a gente que cometió crímenes contra la Humanidad. Yo estoy a favor de que diga lo que quiera, cada uno es responsable de lo que escribe; yo lo pienso antes, mucho.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios