El preocupante 'calentamiento' de Donald Trump

A nueve días de su proclamación como presidente de EEUU, Trump mostró unas formas inaceptables en un político democrático

El presidente electo de los Estados Unidos de América, Donald Trump, parece dispuesto a cultivar hasta sus últimas consecuencias la imagen de político prepotente y maleducado con la que ya se le conoce en todo el mundo. Durante su comparecencia ante los medios de comunicación de ayer, a sólo nueve días de su entrada en el Despacho Oval de la Casa Blanca, lo dejó bien claro: llegó tarde a la cita, apenas habló y arremetió contra varios periodistas que han publicado en los últimos tiempos noticias que no son de su agrado. Como es evidente, la labor presidencial de Trump habrá que juzgarla al final de su mandato, con los hechos y los datos en la mano, pero podemos decir que tanto sus declaraciones como sus maneras -no olvidemos que las formas son fundamentales en una democracia- mueven, cuanto menos, a la preocupación. El calentamiento de Trump como presidente está dejando mucho que desear.

Sin embargo, más allá del comportamiento faltón del presidente republicano, lo verdaderamente inquietante son algunas de las declaraciones que ayer hizo durante la rueda de prensa. Como botón de muestra, destacaremos su obstinada y casi chulesca idea de construir un muro que separe a EEUU de México, país al que -según reiteró- obligará a pagar la factura de dicha obra. Sólo con este asunto se revela toda una forma de hacer política en la que prima la falta de respeto al interlocutor. Cada vez que Trump habla de sus vecinos del sur no puede evitar un sesgo xenófobo que roza el racismo. Estos malos modos se confirmaron cuando se negó a contestar a dos periodistas, a los que descalificó en público, o al comparar algunos procedimientos de las agencias de Inteligencia de su país con los nazis. En todo momento, Trump, más aficionado a Twitter que al cara a cara de las ruedas de prensa, demostró un estilo populista muy alejado de las formas que debe exhibir un político democrático.

Con las acusaciones a Rusia por haber manipulado mediante acciones de guerra electrónica y de intoxicación informativa las elecciones presidenciales norteamericanas, Trump fue sorprendentemente blando. "No debería haberlo hecho. Rusia respetará más a nuestro país", se limitó a decir. Es evidente que Trump no es el presidente de EEUU más oportuno, pero guste o no será el que mande en la nación más poderosa del mundo en los próximos tiempos. Sólo queda esperar que el sistema americano sea lo suficientemente eficaz para frenar sus extravagancias y bravuconadas.

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