Varios miles de personas recorrieron ayer las calles de Algeciras bajo el lema El tren de la comarca, la única vía para reivindicar del Gobierno una apuesta decidida por la línea ferroviaria Algeciras-Bobadilla, punto de partida de los estratégicos corredores transeuropeos Mediterráneo y Atlántico. El olvido que ha venido sufriendo esta conexión a lo largo de más de un siglo se ha visto refrendado una vez más en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017, donde se recoge una partida de poco más de 20 millones de euros, una cifra que contrasta con los cuantiosos volúmenes de inversión reservados a otros proyectos ferroviarios, localizados preferentemente en la zona del Levante español.

Nadie pone en tela de juicio que el desarrollo de esos 176 kilómetros de ferrocaril es fundamental no solo para la comarca del Campo de Gibraltar, sino para Andalucía y el conjunto del país. En primer lugar porque ya es hora de que el primer puerto de España en tráfico de mercancías, el de Algeciras -con un récord de 102 millones de toneladas el año pasado- deje de contar con un trazado ferroviario del S.XIX para la entrada y salida de los contenedores y pase a contar con uno equivalente, por ejemplo, a los de Barcelona o Valencia. Si fuera así, los costes del transporte se abaratarían entre un 20% y un 30%, ya que en la actualidad salen en su inmensa mayoría por carretera. Como dato ilustrativo basta recordar que cada 46 segundos, un camión entra o sale del puerto algecireño, con la consiguiente huella de carbomo y su grave repercusión en el medioambiente. La mejora de la Algeciras-Bobadilla sería, además, un elemento esencial en la estructuración territorial de este sur del sur, tan olvidado a lo largo de décadas por administraciones de todo signo político en materia de infraestructuras.

El Gobierno debe explicar de manera inmediata cuáles son sus planes para la Algeciras-Bobadilla y cómo piensa dar respaldo presupuestario en los próximos años a un proyecto cuyo coste total estimado es de 1.280 millones de euros. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha prometido que la obra será realidad en 2020, aunque en la programación interanual que acompaña el proyecto de PGE de 2017 se estima que en los próximos ejercicios habrá únicamente 31, 43 y 54 millones de euros para los años 2018, 2019 y 2020, respectivamente: en total, 148 millones de euros, 1.132 millones menos que los necesarios. Es a todas luces obligado que los PGE sean enmedados durante su proceso de tramitación en las Cortes para corregir el desatino de semejante programación.