Importantes varapalos al 'procés'

La mayoría de los catalanes, incluidos los empresarios, han dado la espalda a la escalada radical del 'procés'

El rechazo en Cataluña a la radicalización que está sufriendo el procés en los últimos tiempos es cada vez más evidente. De hecho, según las encuestas, el repudio de los catalanes a una declaración unilateral de independencia por parte de la Generalitat cuenta con el rechazo tajante del 61% y sólo es apoyada por el 35%. A esto hay que unir el nuevo jarro de agua fría que echó ayer a las aspiraciones soberanistas el Círculo de Economía, lobby considerado como el portavoz de los intereses de la burguesía catalana y, por lo tanto, con un gran ascendente sobre el PdeCat (antigua CDC). En su reunión anual, el presidente del Círculo, Juan José Brugera, pidió al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que las acciones de ésta cumplan la ley. Resulta casi una perogrullada, pero las cosas en Cataluña han llegado a tal extremo de degradación que el que un empresario le exija a un político que no vulnere la legislación vigente nos parece algo digno de destacar y aplaudir. Asimismo, Brugera instó a Puigdemont a que acepte la invitación realizada tras el Consejo de Ministros del pasado viernes por la vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría, para que acuda al Congreso de los Diputados a explicar y debatir su fantasmagórico referéndum de independencia. El ofrecimiento es de una lógica aplastante y negarse a aceptarlo sólo denota la cobardía política y las pocas razones que asisten a los impulsores del procés. Puigdemont y los soberanistas se niegan a acudir a las Cortes, donde reside la soberanía nacional, porque saben que no tienen ni un solo argumento jurídico aceptable. Sólo en su feudo, o en actos rodeados de fieles y agradadores, tienen el coraje político de defender sus propuestas.

Asimismo, ayer pudimos ver al presidente de España, Mariano Rajoy, dejar muy claro que no va a permitir que prospere el desafío independentista. "Tenga la absoluta seguridad que no lo voy a permitir", le espetó con contundencia a Puigdemont, al que le hizo ver que sus planes tendrían como consecuencia "liquidar en 24 horas la Constitución Española". El Gobierno acierta al no adelantar las acciones concretas que tomará si la Generalitat se empeña en seguir en esta absurda escalada, también en mostrar su decisión de apurar hasta la última posibilidad que ofrecen las leyes, sin descartar la intervención de la autonomía catalana si es preciso. Ya es hora de que cesen las continuas faltas de respeto al ordenamiento judicial español.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios