Cataluña, camino de ser una comunidad fallida

No hay precedentes en el parlamentarismode una repetición electoral cuando hay una fuerza capaz de elegir a un presidente

No hay precedentes en el parlamentarismo de que una fuerza con mayoría suficiente para elegir a un presidente aboque a una repetición de unas elecciones. No hay precedentes, aunque la situación política en Cataluña está repleta de acontecimientos inéditos. Incluso así, la excentricidad no llegará a tales extremos. Ni la lista de Carles Puigdemont ni mucho menos ERC forzarán la repetición de unas elecciones catalanas, aunque la primera de las fuerzas amague con ello. El acuerdo al que los parlamentarios de Carles Puigdemont han llegado este fin de semana en Berlín sólo obedece a una estrategia personalista y hasta cierto punto hipócrita: se trata de demostrarse, convencerse, de que la investidura del ex presidente es imposible para dar paso al llamado plan D, que no es otra cosa que elegir a un líder sin asuntos pendientes con la Justicia. Por eso, solicitan que se convoque el pleno antes del 14 de mayo. Si falla, aún habrá una semana para elegir al presidente antes de convocar las elecciones. El Parlamento catalán ha aprobado una reforma de la Ley de Presidencia para investir por vía telemática y, aunque el Gobierno ha anunciado el recurso de inconstitucionalidad, a nuestro entender la citada maniobra ya lo es, puesto que el Constitucional admitió el primer recurso y suspendió toda acción tendente a que Puigdemont pueda ser elegido en ausencia. Por tanto, el Constitucional tiene la vía abierta, sin necesidad de que se pronuncie sobre el fondo del asunto. Pero la situación de Cataluña ha llegado a tal extremo (lleva sin un Gobierno desde diciembre) que no se debe aceptar la repetición de unas elecciones como un chantaje. Los independentistas no pueden violar la Constitución ni las leyes, el resultado electoral sería tan inútil en este sentido como el del pasado diciembre. No obstante, corresponde al Ejecutivo de Rajoy, al PSOE y a Ciudadanos un replanteamiento de la aplicación del artículo 155. Si esto se prolonga, habrá que dotar a esta comunidad de una dirección política efectiva, que entre en los asuntos del día a día y que, incluso, aborde un replanteamiento de los grandes temas. Porque si se repiten las elecciones autonómicas, estaríamos ante una comunidad fallida, una territorio que no puede ser gestionado desde el autogobierno por voluntad de una mayoría de bloqueo. No hay que temer a las reacciones porque la estrategia del apaciguamiento no surte efecto en este caso, porque los partidarios de Puigdemont han logrado secuestrar la acción política de ERC y del PDeCAT.

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