La tiranía del amor

Orwell advertía -¡hace ya 70 años!- contra los peligros de una tiranía ejercida en nombre del amor o de la razón

Hace poco tuve la ocasión de leer un cuento inédito que contaba un episodio ocurrido en Melilla a comienzos de los años 70. En un momento dado, un personaje -furioso y borracho- gritaba la ominosa palabra "bujarrón" contra un tipo que regentaba una especie de burdel homosexual clandestino. Al leer aquello, le dije al autor que esa palabra, por verosímil que fuera, podía sonar ofensiva. "Pero es que nadie habría dicho otra cosa en 1970, y más en Melilla, y más aún si iba borracho", me contestó.

La persona que escribió el relato no es en absoluto homófoba. Es más, esa persona militó en la izquierda clandestina durante el franquismo y está a favor de toda la legislación que proteja al colectivo homosexual. Pero esa persona también es consciente de que no puede falsear la realidad ni inventarse un mundo paralelo que jamás existió. Y si tiene que mostrar cómo eran las cosas en los años negros de la brutalidad y de la barbarie contra los homosexuales, tiene que hacerlo respetando el lenguaje humillante que se usaba en aquella época. Por degradante que suene.

El problema es que ese relato, si se publicara ahora mismo, podría infringir alguna de las nuevas leyes que se han aprobado o están en proyecto para defender al colectivo LGTBI. Porque bastaría con que alguien dijera sentirse ofendido por ese feo sustantivo que aparece en el relato para que el autor sufriera un proceso inquisitorial. Y sin atender al contexto en que se pronunciaba la palabra humillante, y sin pensar en las reglas de la verosimilitud artística que deben presidir toda ficción, ese relato podría causarle un disgusto de los gordos a su autor. Y quizá una multa exorbitante. O la inhabilitación si tuviera un cargo público. Y en cualquier caso, una feroz campaña de injurias en las redes sociales. Y lo peor de todo es que ningún insultador se habría leído el relato ni tendría la más mínima intención de reflexionar sobre el contexto en el que aparecía la palabra ofensiva.

En 1946, George Orwell se dio cuenta -en un ensayo premonitorio sobre Los viajes de Gulliver- de las tendencias totalitarias que anidaban en muchas visiones anarquistas y pacifistas de la sociedad. Y Orwell advertía -¡hace ya 70 años!- contra los peligros de una tiranía ejercida en nombre del amor o de la razón. Y sí, todo indica que ya hemos llegado a esa tiranía del amor.

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