Crónica Personal

Por tierra, mar y aire

Los que de verdad están presionados en Cataluña son los que no comulgan con el independentismo

Hace unos días, cuando se vio acosado por un Tribunal de Cuentas que le exigía que, junto a tres consejeros de su gobierno, se hiciera cargo del pago de los 5,3 millones de euros que costó la supuesta consulta popular del 9-N, Artur Mas se quejó irónica, despectiva y amargamente de que el Estado español -nunca dice España- perseguía a su partido "por tierra, mar y aire". En esta ocasión tiene razón el ex presidente de la Generalitat: el Estado, el Gobierno, la ley y la Constitución cercan a unos políticos y un gobierno que no respetan el Estado de Derecho. Como debe ser. Pero lo que no cuenta Artur Mas, porque no le interesa, es que los que de verdad están presionados en Cataluña son los que no comulgan con el independentismo.

Puigdemont se ha cargado a los consejeros dubitativos o abiertamente contrarios al incumplimiento de la ley y es habitual que los ciudadanos que se declaran respetuosos con la Constitución sufran toda clase de presiones o incluso de humillaciones. A los Mossos, además de cambiarles al jefe "solo" nacionalista por un independentista pata negra, se les quiere hacer firmar un documento en el que se comprometan a cumplir las instrucciones del Govern -se entiende que deben hacerlo aunque sean contrarias a la ley- y el nuevo conseller Turull, además del vicepresidente Junqueras, han indicado que no les preocupa la multa de 5,3 millones de euros a Mas, Rigau, Ortega y Homs porque con un euro que ponga cada catalán se recolectan 7 millones de euros con los que salvar la situación.

Ni Junqueras ni Turull han mencionado si ese euro per capita es obligatorio o voluntario, pero tal como está actuando el gobierno de la Generalitat todo apunta a que perseguirán hasta el fin del mundo al que no pague. Las autoridades independentistas a lo mejor se echan atrás ante el escándalo que han provocado esas declaraciones, que demuestran una vez más que el gobierno de Puigdemont no solo no respeta la legalidad, sino que tampoco siente el menor respeto por los catalanes y les mete mano en el bolsillo de muy diversas maneras: obligándoles a pagar aventuras independentistas mientras racanean con los servicios públicos, a financiar también consultas-farsa que no llevan a nada excepto a hacer creer que celebran un referéndum que no es tal, y ahora a costear las multas a los dirigentes políticos que han cometido delitos a sabiendas. Dirigentes políticos que se consideran perseguidos por tierra mar y aire, cuando son ellos los que persiguen a quienes no les hacen la ola.

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