la esquina

José Aguilar

El rincón del despilfarro

VA a inaugurar el PP en su página web un epígrafe denominado El rincón del despilfarro en el que tendrán cabida diversos ejemplos de derroche de dinero público protagonizados por políticos andaluces en el ejercicio de sus cargos, según anunció el lunes el secretario general de los populares, Antonio Sanz.

El nombre está mal puesto, Antonio, porque es evidente que vuestro propósito es colocar ahí todos los casos en que se dilapiden fondos públicos por parte de gestores socialistas, pero hay serias dudas de que vayáis a dar publicidad a los dilapidadores del PP, que haberlos, haylos, porque el derroche no es un pecado que se circunscriba a un partido y afecte a una sola militancia. De manera que el espacio se tendría que llamar El rincón del despilfarro del PSOE. Para ajustarse a la verdad.

Aclarado lo cual, digamos que el ejemplo que ha originado la iniciativa de Sanz está bien traído. Se trata de las dietas percibidas por los representantes del PSOE e IU que gobernaban la Diputación de Granada durante el anterior mandato. Ascendieron a 228.000 euros en cuatro años, uno de esos chocolates del loro a los que se refieren los gobernantes derrochones para justificar su falta de austeridad y que hacen pensar que las instituciones están llenas de loros, y de loros gordísimos, empachados de chocolate.

En la Diputación granadina habían implantado los que la gobernaban un sistema de dietaje universal: cobraban dietas por todo. Dietas por ir a un festival benéfico o a una cena, dietas por acudir a exposiciones o inauguraciones, dietas por asistir a un evento o a un debate en un medio de comunicación... todo ello teniendo reconocida la dedicación exclusiva a su cargo y disponiendo por ello de una partida en los presupuestos correspondiente a "Atención a la Delegación".

Y no es que pille de sorpresa este hábito maloliente de los cargos públicos de cargar todos sus gastos a lo público, qué va. Son muchos los que desde el instante en que los eligen o los designan, y hasta el momento en que los botan o los destituyen, toman la determinación de llevarse a casa el sueldo íntegro y las dietas y no emplear un solo euro de su bolsillo en coger un taxi, comprar un periódico, almorzar en un restaurante o pagarse unas flores para el cumpleaños de su mujer. Algunos/as hasta mandan al chófer al supermercado y a recoger a los niños al colegio.

Volviendo a la Diputación de Granada, un diputado socialista ha replicado que todas las dietas se ajustan a la legalidad (y eso es lo malo) y denunciado que el portavoz del PP falseó sus datos de residencia para cobrar más de lo debido en concepto de desplazamientos. Algo que no figurará, seguro, en la web del PP andaluz.

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