La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¡No pienses por ti mismo!

Es difícil salir de esa minoría de edad que estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento

Los personajes femeninos tienen una importancia y un peso enorme y sería nefasto que el cine no tuviera esa visión del paso enorme que la mujer está dando" dijo Marisa Paredes con motivo del Goya de Honor que premia su carrera. Tiene razón. Pero hay que añadir que el cine nunca lo ha ignorado, reflejándolo a través de personajes de mujeres fuertes e independientes interpretados por actrices con idéntica fuerza e independencia. Baste citar a Mary Pickford, cofundadora y vicepresidenta de la United Artist; Lilian Gish, que podía elegir guiones y directores; Gloria Swanson, mimado puntal de la Paramount que logró lo que Thalberg no pudo: acabar con la carrera de Von Stroheim; Mae West, que escribía sus diálogos y escogía a sus partenaires hasta que la censura acabó con su carrera; Olivia de Havilland, que se enfrentó a la Warner creando el precedente conocido como "ley De Havilland"… Y seguir con Bette Davis, Joan Crawford o Katherine Hepburn, por citar sólo algunas actrices que trabajaron en la apoteosis del poder de los estudios.

El cine también ha proyectado una imagen estereotipada de la mujer y hasta hoy mismo se han cometidos abusos sexuales y/o contractuales con muchas actrices. Lo que el escándalo Weinstein ha destapado era sabido y callado por todos, y padecido por muchas. Pero la importancia de los papeles femeninos no convencionales y la capacidad de decisión de muchas actrices sobre sus carreras es un hecho en la historia del cine.

Isabel Coixet ha demostrado valor y sentido común en unas declaraciones a El País que se han convertido en trending topic: "Odio la palabra empoderamiento. Una mujer fuerte es una mujer fuerte. Convertirla en mujer empoderada es no acabárselo de creer…. El problema es que seguimos hablando de la mujer como víctima. Hay por ahí científicas cojonudas, hablemos de ellas. Hay hombres con las manitas largas. Claro que hay que parárselas, pero cuando hay abusos tan horripilantes en el mundo, cuando a niñas de los campamentos de refugiados les destrozan la vida sin que tengan capacidad de elegir, no para conseguir un trabajo, siento que igual estamos confundiendo las prioridades y hablando del acoso desde el punto de vista de una mujer blanca y privilegiada". Estoy de acuerdo. 214 años después de Kant sigue siendo difícil salir de esa minoría de edad que estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios