Los peores augurios

Hollande ha invitado a Rajoy al rescate de Europa, algunas horas después de las inundaciones de Málaga

Verdaderamente corren tiempos difíciles, y son malos tiempos para la lírica, como diría Bertolt Brecht. El mundo se ha enloquecido. En plan totalmente Murphy, cuando puede ocurrir algo malo, sucede algo peor. Ahí está el Brexit. Ahí tenemos a Donald Trump en la Casa Blanca. Ahí hemos visto las inundaciones de Málaga, justo el día antes de llegar Hollande para una cumbre hispano francesa con Rajoy. Ahí nos hemos enterado de que lo ha invitado a una reunión en París. Hollande quiere que España forme parte del núcleo fuerte de Europa, junto a Francia, Alemania e Italia. Es para echarse a temblar.

Yo no digo que Hollande sea gafe porque Francia perdió la final de la última Eurocopa en París, cuando ya tenían el champagne preparado, sino porque a este hombre todo le sale mal. Ahora se le ha ocurrido arreglar Europa, con el consiguiente peligro, y ha convocado a lo mejor de cada casa, a los cuatro países más legendarios que aún quedan en la UE, después de haberse ausentado los británicos sin dejar señas.

En su Francia querida no lo queremos ni imaginar, pero Marine Le Pen puede dar la sorpresa, y convertirse en la presidenta de la República. El rival para la segunda vuelta estará entre lo malo o lo peor. Se daba por supuesto que ganaría Fillon, pero eso era antes de que se tejieran los hilos de Penélope, su esposa, que cumplía el viejo ideal de cobrar y no trabajar. Según los antecedentes, aumenta el temor de que gane Marine, que Francia vuelva al franco y que esta señora se convierta en una Napoleona.

Las encuestas de Angela Merkel tampoco son tan buenas como a ella le gustarían. Allí tiene la ventaja de que los socialdemócratas alemanes parecen compadres de la gestora del PSOE, no son del sector negativo de Pedro Sánchez. Eso ayuda, sí, pero las encuestas (a las que algunos ingenuos aún hacen caso) advierten de una subida de los ultraderechistas, los euroescépticos y los más xenófobos, por no decir neonazis, tanto en Alemania como en Holanda.

En Italia ya vimos lo que pasó a Matteo Renzi, otro socialdemócrata formalito, que convocó su referéndum y lo perdió, según la costumbre europea. Allí amenaza el populismo de Beppe Grillo, un cómico que se pasó a político, dando una pista. Y luego nos queda Rajoy, al que ha invitado Hollande al rescate de Europa, algunas horas después de las inundaciones de Málaga.

Lo estamos viendo y temiendo, los peores augurios se están cumpliendo, pero vamos a ser optimistas, ¿por qué no?

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