El Ayuntamiento de Algeciras ha puesto en marcha un concurso fotográfico para elegir las imágenes más representativas de la ciudad y elaborar con ellas una serie de postales en las que se refleje la cara amable de una urbe que, lamentablemente y en buena parte, parece haber sido destruida y luego diseñada por sus enemigos. Hoy en día son muy escasos los inmuebles representativos de antaño y los pocos que aún se mantienen en pie se yerguen ahogados por las construcciones impersonales aparecidas durante el desarrollismo salvaje de décadas pasadas. El patrimonio, como dice un amigo, es algo más que el aparador dejado en herencia por la abuela. En el caso de una ciudad, su patrimonio material está formado por sus edificios, calles y plazas, señas de identidad que vinculan a sus vecinos con sus recuerdos y con la de sus antepasados. Por eso todos, empezando por las administraciones públicas, no podemos vivir de espaldas a todo ello y estamos obligados a cuidar y a proteger nuestros elementos urbanos más señeros, integrantes de un paisaje colectivo e íntimo a la vez.

David Cervera y Fran Montes pusieron ayer de manifiesto en un amplio reportaje publicado en estas páginas el gravísimo deterioro que desde hace demasiados años viene sufriendo la Escuela de Artes algecireña. Obra del arquitecto Fernando Garrido González, el singular edificio de forma helicoidal fue galardonado en 1968 con el primer Premio de Arquitectura en la Exposición Nacional de Bellas Artes y declarado en 2008 Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía. Ya en el año 2000, un informe técnico alertaba de los graves daños estructurales que presentaba un inmueble en el que a diario, por sorprendente que pueda parecer, reciben clase unos 250 alumnos de Bachillerato de todo el Campo de Gibraltar sorteando vallas de protección y goteras. Las fuertes lluvias de comienzos de mes han empeorado la situación y el tamaño de unas grietas perfectamente visibles en las que entra sin dificultad la mano de una persona. Es obvio que entre las diez fotografías preseleccionadas en el citado concurso no figura ninguna de la Escuela de Arte.

La Junta de Andalucía, como titular del edificio, está obligada a acometer de inmediato obras de rehabilitación antes de que sea demasiado tarde y de que ocurra una desgracia: ya se desprendió parte del falso techo del salón de actos y en el exterior hay una amplia zona acordonada por los bomberos. En cuanto al Ayuntamiento de Algeciras, debe ejercer sus competencias urbanísticas en relación a un inmueble catalogado. Tanto la protección del patrimonio como la defensa de la educación pública de calidad quedan muy bien en los discursos, aunque los hechos no acompañen. Ha llegado la hora de hacerlo.