YO diría que no, es más hoy Sábado mientras leen mi columna yo estaré asistiendo a la boda de dos buenos amigos, pero no se casan entre ellos, ambos han decidido casarse el mismo día, pero al menos lo hacen a horas diferentes con lo cual y si nada lo remedia estaré presente tanto en una como en la otra. Esto me hace reflexionar y llegar a la conclusión de que los tiempos han cambiado pero no tanto. Y por qué les digo esto, pues muy simple creo que la incorporación laboral de la mujer, los afamados mil euristas, la larga carrera hacia un título universitario y un largo etcétera han retrasado varios años la edad media de tan ilustre día, pero el hecho es que aunque más tarde, la inmensa mayoría de nosotros seguimos pasando por la vicaría. Lo que sí ha cambiado y mucho es lo que soportamos las personas, esas parejas que han pasado años y años juntos derrochando paciencia y trabajando de sol a sol. Hoy en día lo tenemos todo desde que nacemos. Tenemos acceso a tecnología, ropas de marca, buena comida, vacaciones y no nos damos cuenta que no hace tanto muy pocos eran los que accedían a lo que comúnmente hoy denominamos calidad de vida. Esta sana costumbre de vivir bien, hace que toleremos cada vez menos situaciones críticas en cualquier ámbito de nuestra vida, y por tanto no solo los matrimonios duran menos, un buen ejemplo son los años en un puesto de trabajo, antes, hombres y mujeres, hacían de su empresa otro hogar y muchos eran los que se jubilaban en el mismo lugar donde años atrás habían ejercido de torpes aprendices, pero como siempre me desvío del tema. Sólo me resta decir que no solo no están pasadas de moda sino que al durar menos los matrimonios, y algunos atrevidos probar de nuevo, diría que incluso ahora esta más de moda ya que debemos caer a más matrimonios por ciudadanos en edades casaderas.