Si ayer nuestro periódico lucía en portada al par sin par que forman la presidente Susana Díaz y el secretario general Pedro Sánchez, seguramente mañana lo será ese otro par sin par que aspira a formar con ella el chief Fabian (sin diéresis) Picardo. No es que quiera dar ideas, de hecho es bastante probable que me equivoque y no sea así. En la portada de ayer -obsérvenla con ojos de águila real- la presidente tiene una mano izquierda tonta, conjugando laxitud y tensión como sólo puede hacerlo un político con oficio. Ya sé que las mujeres son mejores intérpretes de lo común que los hombres, no obstante la sonrisa de la Sra. Díaz muestra una especie de ictus que sugiere incomodidad; que se ve no está a gusto, vamos.

La prensa de ayer recogía que a la pregunta formulada a Díaz sobre si la foto con Sánchez era la foto del deshielo, ella contesto, con fina ironía trianera y sin dejar de mantener la mano izquierda en esa posición de estate quieto que te voy a dar, que "esa será una foto para Frozen". Para los lectores, que como yo estén poco avezados en saberes asociados al cine de animación que se da en estos tiempos de desenfrenos tecnológicos, aclararé que Frozen es una película de la factoría Disney basada en el famoso cuento "La reina de las nieves" del célebre fabulista danés Andersen. En Andalucía, susurró nuestra gentil dirigente regional, el clima es templado.

Tal vez del encuentro con Picardo se deriven preguntas del mismo tenor. Gibraltar es un territorio andaluz bajo dominio colonial británico, aunque sin soberanía cedida; nunca se cedió la soberanía. Díaz no es quien para recibir oficialmente a un dirigente colonial subordinado a una potencia extranjera. Pero el yanito tiene cantidad de gente andaluza secuestrada. Eso sí, se desconoce su número. Unos dicen que más de 12.000 -lo asegura un supuesto portavoz de una supuesta parte de ellos- y otros que cinco, seis o siete mil. También se desconocen las cuentas transaccionales y comerciales entre la colonia y la España adyacente. De modo que Díaz no sólo es incompetente, sino que, por si no bastara, no dispone de una información objetiva que le permita valorar el perjuicio que produciría la irreversible salida del Reino Unido de la Unión Europea. Es posible que, en un instante de lucidez, hasta se cuestione sobre si lo que le haya dicho el chief es verdad o no ¿Se dará cuenta esa señora del ridículo que está haciendo?

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