Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

8 de marzo

Porque la defensa de la equidad obedece al sentido común tuvieron lugar las manifestaciones del 8-M

Porque a muchas mujeres se les vedó la oportunidad de estudiar más allá del colegio y porque la única misión que se les encomendó fue encontrar marido y criar luego a sus proles. Porque el obispo Munilla ve con suma facilidad la mano del demonio en las demandas de igualdad de las millones de personas que nos manifestamos el 8-M y pasa por alto las de los curas pederastas sobre los chiquillos. Porque nuestro presidente se remueve en el asiento y tuerce el gesto cuando se le pregunta por eso de la brecha salarial, que ahora no toca hombre, no me fastidie. Porque apenas nos suenan un par de nombres de mujer entre quienes han ocupado las alcaldías de los siete municipios del Campo de Gibraltar desde la reinstauración de la democracia, hace ya cuarenta años.

Porque hay responsables de recursos humanos que acá y allá preguntan a las candidatas a un puesto de trabajo si están casadas, tienen pareja, hijos o los piensan tener a fin de evaluar los futuros costes de un permiso por maternidad. Porque pocos datos estadísticos comparativos entre hombres y mujeres son favorables a ellas, que pese a ser el 51% de la población española ocupan el 28% de cargos de la administración, el 11% de los puestos de las reales academias o el 13% de los rectorados, aunque los términos cambian cuando no prima la dedocracia, sino la meritocracia, de tal forma que el número de juezas y magistradas en España es un 52% sobre el total y el de tituladas en grados universitarios el 58%.

Porque las leyes de muchos países amparan la desigualdad de las mujeres, sometidas a la voluntad de sus padres, esposos o hermanos, a veces con la obligación de ocultar su rostro o su pelo en público, sin poder conducir un coche o víctimas de salvajes ablaciones. Porque en EEUU han elegido como presidente a un macarra que se jacta de poder tocar los genitales de cualquier mujer sin que le pase nada. Y así lo ha demostrado.

Porque ante los ojos de todos, al pie de nuestras carreteras, proliferan prostíbulos donde miles mujeres son tratadas como ganado, como esclavas sexuales. Porque ninguna mujer debe ser una valiente para andar sola de noche, ni telefonear a un familiar o amiga para confirmar que ha llegado bien a casa, sino sentirse libre para caminar a cualquier hora o ponerse una minifalda sin que una manada la acose a su paso.

Por todos esos motivos y porque la defensa de la equidad hombre-mujer obedece al sentido común en una sociedad civilizada tuvieron lugar el pasado jueves manifestaciones en toda España. Y sí, fueron manifestaciones cargadas de ideología. Porque aún hay muchas cosas que transformar, porque dar sentido político a muchos de los pasos que damos en la vida es una obligación. Porque prefiero caminar de la mano de mi compañera a ir solo por delante.

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