Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

La kryptonita de susana

¿Qué alcance quiere dar Sánchez a su 'España plurinacional'? Ha dado varias pistas nada tranquilizadoras

Las imágenes del congreso del PSOE de Andalucía darán hoy cuenta de las sonrisas, los abrazos y los besos por doquier, pero es improbable que alguien atisbe una mirada de complicidad entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. El trauma interno no se ha curado desde que el congreso federal del partido se cerrase hace dos meses de la peor manera posible: con un clarísimo triunfador y una nítida derrotada cuyo enfrentamiento antes, durante y después va más allá de lo político. El partido sigue hecho jirones y, lo que es peor, sin rumbo, como lo demuestra el hecho de que después de cuatro décadas continuadas de democracia carezca de un modelo territorial de Estado.

En ese congreso quedó explicitado que vivimos en un estado "plurinacional", tesis que cada federación socialista ha interpretado a su manera. Los andaluces han defendido estos días un modelo "federal cooperativo" que tenga en cuenta la equidad entre los españoles, pero los valencianos, por ejemplo, aluden sin tapujos a un "federalismo asimétrico" de recursos y competencias basado en los manoseados hechos diferenciales. El suyo, nada menos, es la entrada de Jaime I el Conquistador en la ciudad de Valencia en 1238, lo que dio pie a su "constitución como pueblo".

¿Qué alcance quiere dar Pedro Sanchez a su "España plurinacional"? El secretario general socialista ha dado a lo largo de estos meses varias pistas nada tranquilizadoras, como la promesa de invertir 70.000 millones de euros en las infraestructuras públicas de Cataluña a cuenta de no se sabe muy bien qué deuda. Hace un par de semanas, Rodríguez Ibarra mostraba en estas páginas su asombro porque a los nacionalistas -y, por extensión, tampoco a Sánchez- nadie les haya explicado que son las personas quienes son sujetos de derechos, no los territorios, y que nadie, por esa sencilla, equitativa y democrática regla de tres, puede reclamar privilegios en esta nación llamada España por el hecho de residir en una comunidad determinada. Con los cupos vasco y navarro ya tenemos bastante. A eso habría que sumarle que un Estado federal asimétrico dejaría a la larga de ser federal para ser confederal, de tal forma que no sería el Estado el que repartiría dineros y competencias a las comunidades, sino a la inversa.

La cuestión ahora es si Díaz se deshace a partir de hoy de la kryptonita que las primarias le dejaron atada al cuello, dejándola muda y recluida en San Telmo. Y si Sánchez virará algún día al Sur. La militancia socialista puso en sus manos el liderazgo del PSOE gracias al rechazo que despertaba la figura de Díaz y a que supo explotar su imagen de víctima del aparato del partido, pero ni lo uno ni lo otro le servirán para dirigir España.

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