Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Se nos ha ido la pinza

No sé qué puede inducir a la gente a gastarse 5.000 ó 6.000 euros en una comunión. Personas inteligentes y sensatas pierden la cabeza cuando llega el momento . Se ha convertido en una industria donde los padres agasajan a los hijos como si fuera una boda y sin medir el gasto . Las niñas como si fueran a casarse, los niños como si fueran oficiales de alto rango. Ropa de estreno para toda la familia, un convite por todo lo alto y un viaje a Eurodisney. Todo para epatar a familiares y amigos y para impresionar a los niños. Algunos tienen que pedir dinero prestado y entramparse por una temporada con destino a una ceremonia sin pies ni cabeza. Los niños no se enteran del alcance religioso que es la excusa del evento. Ni siquiera tendría sentido desde ese punto de vista porque a esa edad no se enteran del espíritu que pudiera tener. No sé si tendría significado algún tipo de acto cuando al alcanzar la mayoría de edad los presuntos feligreses confirmasen el bautismo pero ya se sabe que no se le puede pedir sentido común a la Iglesia porque encima, a esa edad, los chavales ya habrán abandonado la peña o les daría igual. Como no formo parte del club no sé si la confirmación sigue existiendo , lo que sí sé es que la Iglesias Católica permite un despilfarro de dinero y un postureo ajeno por completo a cualquier contenido religioso. A los niños y a los padres les resulta indiferente el sentido litúrgico que pudiera tener , lo único importante es una actividad social lo más fastuosa posible. Según parece los niños faltan a clase para hacerse pruebas de vestuario, pruebas de peinado, de fotografía y cosas así. Hay catas del convite e incluso muchos faltan una semana a clase para irse al Eurodisney, quizás el único viaje que hagan en su vida. Como dice el juez Emilio Calatayud ¿qué van a dejar los padres para cuando se casen?

Uno de los más importantes beneficios que tiene ser un sieso reconocido es que mis amigos ya saben que no deben invitarme a estas cosas por la sencilla razón de que no voy a ir. Hace años se intentó una primera comunión por lo civil, como se decía: una fiesta con regalos para que los niños ajenos a la religión católica no se quedaran al margen de lo que hacían todos sus amigos aunque yo diría que ha caído en desuso ese intento de algunos padres por salirse un poco de aquello que a los niños les costaría mucho más, para evitar que los curas se metan de por medio como es habitual. Qué gran razón tuvo el Carapalo cuando bautizó a su chirigota "El crimen del mes de mayo".

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