Desde luego, aquellos a los que mañana les toque la varita de la diosa Fortuna, tendrán un futuro inmediato -no conviene ir más allá- prometedor, si el cambio no les complica la vida. En lo que todos necesitamos mucha suerte es en lo que nos caiga hoy en las elecciones catalanas. Contaba Mostaza Barrios ayer en el diario El Mundo que en una ocasión (1970) un periodista de The Times preguntó a un vecino de Belfast por la situación del Ulster; "Aquí el que no esté confundido es que no se entera de nada de lo que está pasando", contestó el vecino. Algo así diríamos ante lo que cuelga del esperpento catalán. No debemos albergar, empero, demasiadas esperanzas. Bueno es, no obstante, que Ciudadanos y la figura de Inés Arrimadas nos hayan devuelto algo del aliento que dábamos por perdido. Sobre todo teniendo en cuenta el presumible hundimiento del PP en Cataluña y la inseguridad que produce un PSC lleno de dudas, de pareceres diversos y de ambigüedades.

Hay que confiar lo justo en las encuestas. No pueden estar bien hechas porque hacerlas bien es tedioso y caro; además, pertenecemos a una sociedad anímicamente inestable, muy dada a dejarse influir por circunstancias puntuales. Pero, es cierto que señalan tendencias. Yo, en estos casos me fío de mi propio olfato, auxiliándome de análisis y opiniones añadidos al canto de los sondeos, a los que recurro para entender los problemas y las actitudes individuales o colectivas. Una victoria del constitucionalismo corregiría los afanes separatistas y nos ayudaría a aprender a vivir con (contra) ellos. Pero, en todo caso, ahí quedarán por mucho tiempo, cualquiera que sea el resultado de estos comicios. Calculo que una cuarta parte de la sociedad catalana es irrecuperable a medio plazo. Queda no poco trabajo que hacer en Cataluña y en el conjunto de España para alcanzar una atmósfera que acoja lo importante del debate político: la seguridad y el bienestar; la paz, en fin.

Inés Arrimadas ha hecho una campaña magistral, con ella Ciudadanos ha sentado las bases de un despegue que probablemente será espectacular en las próximas elecciones generales. Lástima que tengamos un PSC que sigue mirando de modo excluyente en la dirección que cree que más le puede reportar como grupo. El dúo Iceta-Sánchez desafina en los intereses de Estado. Es como entienden que pueden mantener el tipo y conservar las trincheras donde guardar su maltrecha infantería.