Al sur del sur

Javier Chaparro

jchaparro@grupojoly.com

El expolio de Los Barrios

"Toca un pacto de Estado que garantice la financiación de los servicios públicos. Eso o elecciones anticipadas"

Podemos imaginarnos la cara que se le tiene que quedar a uno cuando, al llegar el primer día al despacho con toda la ilusión del mundo, se encuentra con una deuda municipal de 220 millones de euros, con un periodo medio de pago a los proveedores de 720 días, con entre tres y seis nóminas adeudadas a medio millar de trabajadores e impagos del corriente, tanto a la Seguridad como a Hacienda, además de tener agotados los anticipos que hace la Diputación para los próximos cuatro años.

Alberto Rodríguez narra en nuestra edición de hoy el penúltimo episodio conocido sobre el expolio al que fue sometido durante años el Ayuntamiento de Los Barrios. Una sentencia del Juzgado Mercantil nº 1 ha puesto negro sobre blanco la realidad de la empresa municipal Agrival, en proceso concursal desde 2013 y que arrastra deudas calculadas inicialmente en 9,1 millones de euros. Esta sociedad es propiedad, a su vez, de otros dos chiringuitos del Consistorio igualmente en ruinas, GAMA e Iniciativas Los Barrios.

El sistema era tan sencillo como perverso: como el Ayuntamiento está entrampado hasta las cejas, me invento una sociedad municipal con un objeto social peregrino y empiezo, a su vez, a endeudarla logrando ayudas públicas que jamás se van a utilizar para los fines previstos -y que, por tanto, el que venga detrás deberá de devolver- junto a préstamos bancarios obtenidos bajo el paraguas del Ayuntamiento, el cual, solo en teoría, se haría cargo finalmente de todo. Para cuando esa empresa ya no dé más de sí, me invento otra nueva, participada a su vez por otras sociedades municipales apuntaladas, y vuelvo a repetir la jugada. Entre medio, voy colocando en ellas a familiares y amigos de forma discrecional y sin proceso de selección alguno, le endoso facturas que no le corresponden y, mientras corren por las mesas el vino y las gambas, oculto de paso por un tiempo el endeudamiento del Consistorio. Pasado el jolgorio, salen a la luz los facturones de festivales de música por valor de 1,6 millones de euros, de servicios de cátering de 460.000 euros y noches de hotel en Madrid por 1.400 euros la cabezada, que para algo uno es alcalde.

Esta España de jauja (que le pregunten a los pujoles, los Granados o los Camps de turno) que deberíamos considerar como un patrimonio nacional afortunadamente extinto y del que aprender, se vino abajo cuando la crisis y la Unión Europea obligaron a quienes vinieron detrás a levantar las alfombras y poner algo de orden. Las haciendas locales, al igual que las autonomías, han hecho sus deberes en estos años, pero ahora toca concederles un respiro y llegar a un pacto de Estado que garantice la financiación de los servicios públicos. Eso o elecciones anticipadas este año. Me temo lo peor.

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