La credibilidad en los medios

La falta de credibilidad en los medios contribuirá al crecimiento de sectores con electroencefalograma plano

Soy un radioyente de toda la vida y mi apego a la radio no ha disminuido desde mi infancia; cuando la radio, local sobre todo, formaba parte de las vivencias de cada día. En el Campo de Gibraltar no sólo teníamos la legendaria Radio Algeciras, que se anunciaba como portavoz de la comarca, sino también Radio Gibraltar y, sobre todo, Radio Tánger. Las ciudades del llamado protectorado español en Marruecos estaban en nuestro entorno radiofónico y eso suponía una ventaja frente a otros lugares alejados de la costa. En La Línea, Radio Nacional de España, con diferentes denominaciones y discontinuidades, era el complemento necesario. Éramos, en lo que a la radio se refiere, muy completitos.

No somos unos grandes consumidores de prensa y, sin embargo, estamos entre las zonas de España con mayor incidencia de medios. Siempre hemos tenido varios diarios con páginas específicas y otros consagrados -como Europa Sur, sin ir más lejos- a la comarca. Publicaciones institucionales no nos faltan e incluso tenemos una monográfica anual dedicada al flamenco. No sé si es por esta crianza, por lo que me está dando pena el sectarismo y la ceguera que se deja ver en ámbitos otrora de gran prestigio y fiabilidad.

Todas las mañanas, utilizando varios receptores, voy de unos a otros diales, pero a las siete y a las ocho siempre me detengo en uno que me da una idea de cómo está el paño en regiones ideológicas afines a la socialdemocracia y a ese lado del espectro. A esas horas, la periodista -en este caso se trata de una mujer- suelta un speech de lo más subjetivo, nada que ver con la información, a modo de editorial firmado en el que un buen aficionado como yo puede medir el efecto que la acción de Gobierno produce en los sectores socialistas y socialdemócratas, que haberlos haylos con esos matices.

Ayer me quedé perplejo. Escuché con atención la mayor parte del debate -por llamar de alguna manera al absurdo show del día anterior- y luego he acudido a los expertos para formar una opinión documentada. No me podía imaginar que la señora en cuestión se dejara dominar por un sectarismo enfermizo y perdiera hasta tal punto la cordura que asomara en sus palabras el esperpento y el disparate. La credibilidad, tan importante -esencial más bien- en los medios, acabará, con la ayuda de estos personajes, reduciéndose a cero y contribuirá al crecimiento de sectores sociales con electroencefalograma plano.

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