St. Rémy

Francisco Linares

Me cachis en la mar

EN St. Rémy de Provence me han preguntado por el tamaño de los barcos que va a comprar Caruana. Y es que como lo de las aguas de Gibraltar no constan en ningún sitio, habiéndoles llegado rumores de la prepotencia del personaje, temen que quiera extenderlas hasta Marsella. Yo les he dicho que para entonces ya habrá reventado y como no me entendían, les he explicado la fábula del sapo y el buey, en la que el batracio, queriéndose comparar con el buey que iba a beber a su charca, empezó a hincharse para alcanzar su tamaño hasta que reventó, llenando de inmundicias sus alrededores.

Yo que siempre he estado en contra y a lo mejor ha sido una buena idea eso de que lo sienten en un foro de diálogo como si tuviera el mismo tamaño que el Reino Unido y España. Lo cierto es que después de tan graves amenazas nadie le ha hecho caso. Bueno, nadie excepto Carracao, que está viviendo un proceso de desengaño que le está abocando al desamor. Con la esperanza que la izquierda campogibraltareña ha puesto siempre en el dialogo con Gibraltar y ahora resulta que nos amenazan con grandes buques. Caruana no nos ha especificado las proporciones, ni de qué van a ir equipados, pero al parecer a nuestros Guardias Civiles les va a dar mucho miedo.

Lo curioso de la noticia es que si Caruana se tiene que comprar sus propios barcos para defender sus aguas, es porque los ingleses no piensan dejarles los suyos. Habrá que averiguar si es que las aguas no son ni siquiera de los ingleses, sino que son sólo de Caruana.

No sabemos muy bien para que quiere Caruana las aguas, a lo mejor es para proteger los vertidos que hacen desde el Aeropuerto, por eso, algunos de sus ministros, cuando lo ven le cantan: "Caruana tiene un barco, me cachis en la mar". Para eso, para cachirse tranquilo en la mar.

A Caruana, que es más educado, no le gusta, le resulta grosera la canción. Él prefiere resaltar el lado intrépido del asunto y, en su intimidad, mientras se afeita, remeda a Espronceda canturreando: Que es mi barco mi tesoro,/ que es mi Dios la libertad,/ mi ley la fuerza y el viento,/ mi única patria el Peñón de Gibraltar.

Los españoles no se lo han tomado en serio, pero creo que, en Gibraltar, ya están preparando los fastos de la inauguración de los barcos. Quieren que sea un acto de reivindicación nacional con el que su Ministro Principal se sienta muy identificado, por eso van a hacer todo lo posible para que resulte soberbio. Se instalaran los puestos de la feria de La Línea, habrá banda de gaiteros con faldas escocesas, fuegos artificiales de Valencia, y se dispararán salvas de honor en dirección a España, por si alguna bala no es de fogueo. Pero lo más emocionante será la llegada de Caruana revestido con sus mejores galas. Dicen que está decidido a que su presencia sea impactante, por una vez no quiere pasar desapercibido. Hasta hay quien se atreve a decir que, en su afán de intimidar, cuando se suba al barco se va a poner un parche en un ojo.

Yo no voy a ir. Temo que sea el momento en el que explote. Si me salpica, me va a dar un poco de asco.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios