Está en riesgo de aparecer un caso que tendría carácter de tragedia, de drama nacional. Y es que Argentina se quede fuera del próximo Mundial, ese que va a librarse en la Rusia de Putin y que podría ser el último de un Messi en plenitud. La humillación sufrida en Belho Horizonte por parte de Neymar y la compaña deja a la albiceleste fuera de los puestos que dan derecho a estar en Rusia, lo que no ocurría desde la gran catástrofe del 70.

Cuarenta y seis años después, la bicampeona del mundo está en tenguerengue y el partido contra Colombia del martes en San Juan se presenta como un asidero casi imprescindible para la supervivencia. Queda mucho para redondear los dieciocho partidos que conforman la fase de clasificación sudamericana, pero ese contundente 3-0 ha dejado al combinado de Bauzá muy tocado y, sobre todo, en delicada situación a Messi de cara a la muy fanatizada afición criolla.

Dejar a Argentina fuera de un Mundial es un golpe muy duro para el fútbol de cualquier tiempo. Argentina faltó a tres Mundiales, los dos primeros porque le dio la gana y el último porque no fue capaz de ganarse su plaza. Fue en aquel México-70 que para muchos ha sido el mejor de todos. El más brillante y el que combinó el fútbol de la gran Brasil con la épica de aquella semifinal con prórroga y con Beckenbauer jugando con uno de sus brazos en cabestrillo.

Queda mucho para el final de ese nutrido grupo que es el sudamericano, pero la balacera ha comenzado y ya andan silueteando a Messi desde todos los frentes. Ese Argentina-Colombia del martes en la andina San Juan se prevé de coco y mucho huevo. La iracunda hinchada está que arde con la albiceleste y hasta vuelven a pedir que Messi no participe más. Son los pendulazos de una afición cliente como ninguna y que lo mismo lanza flores que dispara a cuanto se mueve.