Unos bajitos han puesto boca abajo a todo un país. El ministro de Economía, Pedro Solbes, ha encontrado un momento para respirar porque estos días el españolito en lo último que piensa es que el país está desacelerado. El que hizo negocio fue el fabricante de banderas. Se agotaron. Dice mucho de nuestras expectativas. Muchos salieron a la calle y el que no lo hizo se quedó con las ganas. Lo que hicieron los de Luis Aragonés fue sacudirse complejos y miedos históricos. En el fondo todos estábamos preparados para que Italia nos la jugara en cuartos, que Rusia se nos atragantara y algún fallo en la final para que Alemania nos dejara con cara de tontos. Confieso que prefería caer pronto para dejar de sufrir. Ese espíritu derrotista ya ha cambiado. Ganó el talento y la habilidad a lo rácano. España demostró que otro estilo es posible porque ya ofrece resultados. La fórmula es de aplicación diaria.