Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Violencia en el 'procés'

Los que tienen que definir si existió o no violencia no se olvidarán de los desórdenes del 20 de septiembre

La orden de detención europea de Carles Puigdemont, emitida por el Tribunal Supremo el 23 de marzo, dirigida a la Justicia alemana, en virtud de la Ley de Asistencia Jurídica Internacional en materia penal, en la que además se solicita su extradición a España para ser juzgado por los delitos de rebelión y malversación de fondos, ha sido acogida favorablemente por el fiscal general del land alemán donde está, acordando, además, que entrara en prisión por riesgo de fuga mientras se tramita su entrega a España. Ahora la Audiencia territorial de Schleswig-Holstein tiene plazo para resolver, después de oír a las partes, si los delitos de malversación de caudales públicos y corrupción de los arts. 432 y 252 del Código Penal español, son comparables a los delitos que tipifican los art. 51 y 82 del Código Penal alemán. En este último código se exige que exista violencia y como los independentistas se ufanan que su movimiento ha sido siempre pacifico, confían en que la extradición de Puigdemont no se producirá y podrá volver a España libre de toda culpa y en loor de multitud, para ser proclamado president de la República catalana. Esta es otra ensoñación como lo fue la de que una Cataluña independiente sería recibida con los brazos abiertos por la UE, que ninguna empresa se marcharía de Cataluña y que el turismo se volcaría para visitarla, llenado hoteles, restaurantes y bares, mientras que los "putos españoles", empobrecidos, se recomerían de envidia.

Los que tienen que definir si existió o no violencia en el procés, no se olvidarán, como no nos olvidamos los españoles, de los desordenes con violencia del 20 de septiembre, las movilizaciones en las calles para intentar forzar una mediación internacional, que obligara al Gobierno a sentarse a negociar, contratando a radicales de la CUP para movilizar la calle. Eso de que "jamás se rompió nada" es un mito cuando los símbolos independentistas en espacios y edificios públicos y las esteladas en ayuntamientos y otros lugares públicos han sustituido la bandera de España. Se ha tratado, por tanto, de un intento de golpe de Estado, con nuevas formas, de lo que son buen ejemplo las actuaciones de cargos municipales presionando a los hoteleros para que echasen a los policías llegados de España. La actuación de los Comités para la Defensa de la República es buen ejemplo para demostración de violencia.

Esto nos afecta a todos porque, como consecuencia del procés, los presupuestos del Estado pueden no llegar a aprobarse, con claro perjuicio para jubilados y funcionarios.

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