La Universidad de Verano

Mejor que vengan a Cádiz, en vez de irse a Ibiza. Y los demás, en vez de rajar, que traigan aquí a los suyos

Hay que alabar a Podemos por su buen gusto. Organizar en Cádiz su Universidad de Verano, en la primera semana de julio (finde incluido), supone una apuesta decidida por el turismo y la hostelería de nuestra ciudad. Eventos como éste son los que deberían abarrotar nuestro Palacio de Congresos, que ya no aparece tan frecuentado como en otros tiempos espléndidos de gañote vil con las multinacionales. Por el contrario, la universidad podemita ha incluido actos de evidente contenido intelectual, como un recital de la chirigota de Vera Luque, con Los del planeta rojo (les hubiera quedado mejor el planeta morado, ya que el rojo está desteñido), precisamente en la Plaza de la Catedral. Lugar adecuado, porque vendrá Pablo Iglesias. Y ellos son cristianos de base para unas medallas sí y para otros honores no.

Vamos al Monedero. Naturalmente, al Monedero auténtico, no al de guardar las monedas, como en los tiempos en que se repartía la mitad del sueldo a las asociaciones benéficas. Ahora se ha entendido que es mejor dar una caña de pescar que un pescaíto frito (pobrecito animalito); y así, en vez de fotografiar un cheque a la puerta del banco, mejor se organiza esto, en beneficio de la susodicha hostelería. Lejanos van quedando también los tiempos en que la Alcaldía de Kichi fue festejada en una hamburguesería de la plaza de Candelaria. A los invitados de las universidades de verano gaditanas siempre se les agasajó en El Anteojo de Pepiño o en El Faro de Gonzalo.

Eran otros tiempos, sí, cuando venían profesores reconvertidos al sistema. Por el contrario, ahora a este universidad veraniega, que no es un máster privado (ni público tampoco), acuden intelectuales de reconocido prestigio, empezando por el profesor Pablo Iglesias, el doctor Íñigo Errejón, la eminente oradora Irene Montero, el sabio camarada Miguel Urbán, y especialistas internacionales, como la jefa de campaña insumisa de Mélenchon en Francia, que cosechó unos resultados más bien chungos.

Mejor que vengan a Cádiz, en vez de irse a Ibiza. No sean envidiosos. Yo no les critico su bonito gesto. Y los demás, en vez de rajar, que traigan aquí a los suyos (a Mariano, a Pedro y a Albert), y así llenamos los hoteles, pensiones y apartamentos ilegales. O que duerman en los sofás de los pisos okupados por los colegas. La única pega que le puedo poner es que a esto lo llamen Universidad. ¿Qué diría Alfonso X el Sabio?

En verano, todo el mundo sabe que la mejor universidad es la playa. Para estudiar ya tienen el invierno. Ahora toca relajarse...

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