Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Tremenda bomba de efecto retardado la de Cardenal

Que Villar se tenga que ir de tan mala manera es fruto de no haber cotizado a un superior

Afortunadamente, se ha impuesto la razón y no va a pararse el fútbol español porque su cabeza más visible esté a la sombra. Me parecía una jugada desleal hacia el propio fútbol que éste se paralizase y una forma de paralizarse es que se hubiese suspendido el sorteo del calendario. El sorteo del calendario liguero es, aparte fichajes estratosféricos de los de siempre, la más esperada noticia del verano y la que más motivo de tertulia da.

Hubiera sido una mala acción contra el propio fútbol y un motivo más para abominar de las prácticas de Ángel María Villar, ese omnímodo personaje que lleva dos noches durmiendo a costa del Estado. Mucha tinta derramándose al rebufo de la detención del aún presidente de la Real Federación Española de Fútbol y apenas hay lugar a los numerosísimos éxitos logrados por el fútbol español bajo su mandato. La vida es así y no está bien ignorarlo, pero nada es por casualidad.

Ni es por casualidad la cota de triunfos alcanzada bajo la férula de este ex-león licenciado en Derecho por Deusto ni tampoco la deriva que lo ha llevado a dormir bajo techo estatal. No puede nadie estar durante veintinueve años en un sillón desde el que han de administrarse cantidades obscenas de dinero. Demasiado tiempo y demasiado dinero juntos dan pie a la concupiscencia, ese pecado tan común, como para lograr que la película tenga un final feliz.

Junto a eso, la egolatría y Villar ha dado muestras sobradas de tener su ego en una gran estima. Estar veintinueve años en un cargo tan apetecido no es por nada, sino por una red clientelar que te asegura el voto cada cuatro años. Así aguantó Villar los tiempos de vacas flacas en que no ganábamos nada en el campo. Luego no le hizo falta, pero se topó con un político al que menospreció, Miguel Cardenal, que abandonó la pelea dejándole una bomba de efecto retardado.

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