La empresa Titan Salvage, a la que el Gobierno de Gibraltar ha encargado el ¿rescate? del New Flame, asegura que la operación causará vertidos. De hidrocarburo inexistente porque ya fue bombeado, fuel que, por lo tanto, no llegó a nuestras playas, negra ilusión óptica de origen misterioso. Y de chatarra, de catalogación aún imprecisa pero por supuesto no contaminante. La situación se encuentra bajo control puesto que se mantendrán -qué deferencia- los medios para solventar las fugas. Se podrían mantener siempre, para evitar también las fugas de barcos que zarpan sin autorización para partir, en dos. A los cinco meses la solución es que se tardará otros cinco meses -y si no pega el Levante- en un proceso que causará vertidos de hidrocarburo inexistente y de chatarra de la buena. En la cárcel de Botafuegos se han instalado inhibidores de teléfonos móviles. Lástima que no haya inhibidores de tomaduras de pelo.