Respira. El aire alimenta el espíritu. Intenta que la respiración te eduque. Todas las respuestas están en ella. Llena cada minuto de razones para respirar. Cuanto más aire, más vida. Si no respiras bien, no vivirás bien.

Nuestra llegada comienza con una inhalación y acaba con la exhalación del último suspiro. Hay un proverbio chino que dice que el aliento es el enlace común entre todos los seres vivientes.

Nada más observar el entorno nos damos cuenta de que formamos parte de una época en la que se impone una actividad febril que no todos podemos seguir porque resulta agotadora. En esta vorágine la respiración se desarrolla de forma arrítmica y sin pausa. Cuando la sociedad vivía acompasada al ritmo de la naturaleza, no eran necesarias terapias ni prácticas respiratorias.

Este proceso vital que nos mantiene con vida va a encargarse de ser el fiel reflejo de nuestro estado corporal. No nos paramos a pensarlo y siempre solemos echarle la culpa de nuestro cansancio a otros motivos pero una fundamental causa es nuestra incorrecta forma de respirar. Una persona que respira profunda y sosegadamente, con conciencia respiratoria, se encontrará en mejor estado que otra que respire con dificultad, de forma apresurada, superficial y entrecortada. No olvidemos que sabiendo respirar favorecemos el equilibrio físico y mental, el riego sanguíneo de las células cerebrales y ampliamos nuestra capacidad de conocimiento.

Cuando quieras aumentar tu nivel de energía, cuando debas afrontar un desafío, cuando te veas a punto de perder la paciencia, cuando el dolor se anude en órganos o emociones intentando doblarte el costado, cuando el futuro laboral sea incierto y la situación se te presente como un abismo, cuando sientas que tus ilusiones se esfumaron, cuando camines por la naturaleza… respira conscientemente. Esto te hará ir a una vida más pura y llena de energía. Intenta conseguir que tu respiración sea dulce.

Cuando enfoques tu atención en ella tenderás a modificarla y te ayudará muy a menudo en el batallar diario a tener un centro de atención relajado para que así puedas percibir un profundo diálogo con tu propio ser en ese momento.

"La respiración y la mente brotan del mismo lugar y cuando una de ellas es controlada, la otra también está controlada". Así que intenta calmar tu mente para crear una respiración profunda y relajada o, al contrario, intenta calmar tu respiración para crear una mente oxigenada y relajada. La respiración es tu más acertado espejo, no te olvides de escucharla.

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