Quod natura non dat

La Universidad es una creación medieval asociada al conocimiento y a la búsqueda de la verdad

Un sabio adagio -yo diría que todos o, al menos, casi todos son sabios- que aparece esculpido en el edificio de las escuelas menores la Universidad de Salamanca -la más antigua de las hoy vigentes en España y una de las más antiguas de Europa y del mundo- advierte de que "quod natura non dat, Salmantica non præstat"; es decir, lo que no da la naturaleza no lo proporciona Salamanca. En breve: conocer más no te redefinirá, no modificará sustancialmente lo que ya eres. Se suele acudir para poner ejemplos de que no todo está disponible para todos, a las actividades artísticas o creativas, en general, o a las habilidades extraordinarias. El artista no se hace, el escritor nace o las capacidades especiales no se adquieren. No se es más inteligente por saber más ni se pueden alcanzar marcas deportivas excepcionales sin poseer la disposición natural y las facultades necesarias. Nuestra biología nos condiciona y la sociedad ha hecho muy poco por evitar que interpretemos un papel que no es aquel para el que hemos sido diseñados.

La Universidad perdió hace mucho tiempo su razón de ser para convertirse en un complejo de enseñanzas dirigidas a la adquisición o a la mejora de destrezas. Cada vez más, en nuestras sociedades utilitaristas, el estudiante se pregunta para qué le sirve lo que le obligan a estudiar. Muy pocos asumen que el conocimiento es útil ¡y absolutamente necesario! por sí mismo, y no asumirlo supone la postergación de las enseñanzas básicas y el empeño en un fin para el que los medios son meros obstáculos. El estudiante de Derecho querrá aprender destrezas, acudir a juicios, adquirir experiencias y tendrá como desgraciadamente inevitable estudiar Derecho Romano o Historia o Filosofía del Derecho, que considerará obstáculos que ha de superar y no medios para conocer la esencia, extensión, profundidad y rol del Derecho en la sociedad.

La Universidad es una creación medieval asociada al conocimiento, al encuentro o la convergencia con la verdad de todas las cosas. Una aproximación permanente a Dios o -evitando los argumentos religiosos o trascendentes- a lo que tiene que ver con la vida y con la naturaleza. El totum revolutum que supone albergar en el mismo sitio la física nuclear y el corte y confección o la cocina, ligado a la máxima de que cualquiera sirve para lo que sea, permite comprender otros muchos dislates propios de una sociedad completamente desestructurada.

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