Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Podemismo tuitero

En realidad el grupo tiene acentuadas las peores características de la política: el oportunismo y la demagogia

Dentro de unos años se estudiará en la historia de la Ciencia Política el caso de un partido político que quiere destruir el mismo país que pretende gobernar. Los que presumen de ser intelectuales y profesores de políticas (aunque confunden wahabismo con el wasabi) simpatizan con la causa de los sediciosos que pretenden romper la soberanía nacional y privarnos al conjunto de los españoles de la capacidad para decidir nuestro futuro. Entre la soberbia de quienes dirigen Podemos y el aluvión de personas que se apuntaron a prisa y corriendo al partido cuando vieron que tenía posibilidades de triunfar, se ha formado un grupo que unos llaman populista pero que en realidad tiene acentuadas las peores características de la política: el oportunismo y la demagogia. En este caso incluidos algunos tics autoritarios que les llevan a defender regímenes políticos que restringen la libertad o a criticar a periodistas y medios de comunicación cuando no escriben o emiten lo que a ellos les gusta o conviene. Es el caso de Teresa Rodríguez que hace unos meses criticaba a un periodista de la SER por convocar un debate público sobre las primarias de Podemos y ahora critica un periodista de este periódico por informar sobre el islamismo en la provincia de Cádiz con el manoseado adjetivo islamofobia. Los políticos son todos iguales, ninguno reconoce jamás haberse equivocado y los anticapitalistas en esto son como los neoliberales con el trumpiano método tuitero como medio de repartir parabienes y críticas. Mientras la lideresa de Podemos en Andalucía mandaba al infierno a Pedro Ingelmo su pareja sentimental colocaba un tuit engolado donde señalaba como un hito histórico la municipalización de los servicios de playa. Supongo que dentro de 300 años se festejará al nivel del traslado a la ciudad de la Casa de Contratación.

El podemismo tuitero actuó con la misma insidia que los independentistas el día de la manifestación contra los atentados de Barcelona. No sé muy bien la relación directa entre contratar unas corbetas con Arabia Saudí y un grupo de fanáticos de origen marroquí que asesina a unos pacíficos ciudadanos. Debe haber alguna conexión que a mí se me escapa pero el alcalde, tan activo para otras cosas, permaneció en silencio y no se le ocurrió decir que en la Bahía de Cádiz se hacen barcos, no armas, igual que se hicieron para Venezuela hace unos años. Mientras tanto Cádiz se llena de ratas, para lo que no parece haber ni tiempo ni tuits del alcalde.

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