La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¿Permitirían el "tiro al rojo"?

La libertad de expresión no debería amparar el insulto a las instituciones y a las víctimas del terrorismo

Imaginan a un juez de la Audiencia Nacional autorizando que en una fiesta de extrema derecha se divirtieran practicando el "tiro al rojo" o el "tiro a Bildu"? Sería un escándalo justificado que inmediatamente movilizaría a todas las fuerzas políticas democráticas y de paso -me atrevo a suponer- permitiría a la izquierda afirmar que esa es la naturaleza de toda la derecha. Pero esto no sucederá nunca porque es inimaginable que un juez de la Audiencia Nacional autorizara tal disparate que es una evidente exaltación del odio. Sin embargo, el tantas veces polémico juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha permitido la celebración del "tiro al fatxa" dentro de las jornadas del Inutiyan egune (Día del inútil) en el municipio navarro de Etxarri Aranaz, gobernado por Bildu. Dignidad y Justicia lo denunció argumentando que "arrojar piedras, huevos u otros objetos a unas imágenes que representan personas o instituciones relacionadas con España como son la Guardia Civil, la Monarquía, la Iglesia o cargos políticos" podría constituir un delito de provocación al odio y exaltación del terrorismo. Pero he aquí -¡asombroso país el nuestro y asombrosa judicatura la nuestra!- que para el juez se trata de una mera expresión de opiniones que pueden inquietar o chocar a diversos sectores de la población, pero en la que no se aprecian indicios suficientes constitutivos de delito. Y se celebró con representaciones de la Guardia Civil (con cara de cerdo), la Policía Nacional, la Ertzainta y un fatxa no identificado; eso sí, acosando a la prensa y grabando a los informadores: tal vez el año que viene incluyan el "tiro al periodista".

El mismo juez, ignorando igualmente otra petición en contra, autorizó una manifestación en Galdakao por el preso de ETA Kepa del Hoyo, fallecido el lunes de un infarto en el penal de Badajoz. En ambos casos lo hizo apelando a la libertad de expresión. Les aseguro que si escribiera lo que pienso de estas y otras decisiones judiciales mi derecho a la libertad de expresión se vería inmediata y abruptamente suspendido y penalizado. ¿Recuerdan al caso de Pedro Pacheco?

El derecho a la libertad de expresión es tan fundamental en una democracia que no se debería violentar con interpretaciones que permitan que en su nombre se insulte a las instituciones democráticas -ojo: no se las critique, sino se las insulte- y a las víctimas del terrorismo o se hagan homenajes a etarras.

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