Penita tengo

Unos cuadros en el museo es todo lo que parece saber hacer el Ayuntamiento con la obra de Gayubo

El otro día, el profesor Antonio Torremocha Silva donó al Ayuntamiento de Algeciras dos acuarelas. Su obra plástica, que seguramente pasa desapercibida frente a su importante obra histórica y social, es digna de consideración. Es una suerte, como lo es en unos cuantos casos más, que este historiador -por señalar lo más destacable de su rica personalidad- haya mantenido el pulso creativo en su pueblo, en Algeciras. Gracias a él y a esos otros, que por fortuna no son pocos, nuestra ciudad ha dispuesto de una élite intelectual y artística de gran calidad. Y tal vez por eso, junto a los demás pueblos de la comarca, dispongamos de esa excelsa realidad que es el Instituto de Estudios Campogibraltareños.

Esa donación me ha hecho preguntarme si el consistorio está preparado para acoger donaciones de cierta envergadura. Porque los cuadros de Torremocha pueden colgarse como lo están los de López Canales, en un despacho, sala de estar o salón de la alcaldía o de sus dependencias, pero legados como el de José Román o el de Luis Carlos Gutiérrez o, más de cerca, el de Fernández Mota no pueden depositarse en un espacio reducido e improvisado.

Me hago esta pregunta porque me temo que nuestros regidores no se han puesto a la tarea de prepararse para acoger dignamente lo que, en definitiva, puede constituir una oferta generosa, con frecuencia de valor incalculable, de algún paisano que desea incrementar el patrimonio común de los algecireños, depositando o donando propiedades o creaciones literarias o artísticas propias o adquiridas.

Reconozco que estoy tocado por una mala experiencia: la de la ya larga historia del legado de un pintor excepcional, Felipe Gayubo. Unos pocos cuadros colgados en el museo municipal de La Caridad y no con mucho acierto, es todo lo que parece saber hacer el Ayuntamiento con la generosa oferta de la familia Gayubo.

La obra de este gran artista está en su inmensa mayoría, en poder de su familia, que la ha ofrecido, a modo de depósito, al Ayuntamiento de Algeciras. Pero la concejal delegada de Cultura, Pilar Pintor, y el alcalde Landaluce, no saben qué hacer con ella. Tengo a ambos en buena estima y sé de su preocupación por mejorar nuestra ciudad y su patrimonio, pero en este asunto de la obra de Gayubo desaprovechan una gran oportunidad, que en cualquier momento puede dejar de serlo. Pena, penita, tengo que algo que pudiera significar la más singular e importante muestra plástica de Algeciras, esté esperando sine die a que nuestras autoridades lo adviertan.

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