La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Pablo conduce mal a Podemos

Con Iglesias al frente, Podemos será poco más de lo que era IU antes de la crisis: una minoría que influye, pero no decide

Pablo Iglesias ha reaccionado al barómetro del CIS del mes de octubre que refleja un retroceso en las expectativas electorales de Podemos y un avance en las de Ciudadanos de la peor manera posible: criticando a los medios de comunicación. Serían los ataques periodísticos (la Brunete mediática) los que están deteriorando a Podemos e incitando a la gente a retirarle su confianza. Iglesias rompe el espejo que devuelve una imagen suya que no le gusta.

La verdad es más sencilla. Dirigido con mano férrea -y aparente descentralización- por Pablo Iglesias, Podemos ha sido el único partido nacional que no ha tenido en el conflicto de Cataluña una posición nacional. El único que no ha defendido la Constitución española. El único que se ha puesto, material y prácticamente, al lado de la insurrección secesionista.

Eso se paga en el resto de España. La gente corriente -el sujeto que justifica toda la acción política podemita- no entiende que un partido español ponga en peligro la unidad de España, y la gente no corriente, la más politizada y progresista, no entiende que una organización de izquierdas, más aún, que presume de ser la única izquierda verdadera, se alíe en Cataluña con la derecha nacionalista más insolidaria y corrupta.

A pocos convence la justificación ideológica y política que ha utilizado Podemos para ponerse al lado del independentismo. Ese invento de que todos los territorios de España tienen derecho a la autodeterminación, como si fueran colonias explotadas en vez de comunidades con más poderes que casi todas las regiones del mundo, aparte de no sostenerse en pie, tendría un efecto desastroso para la convivencia y la estabilidad de España: crearía problemas allí donde no los hay. Lo peor que un partido puede hacer. Implicaría que los podemitas murcianos llevaran en su programa un referéndum para la autodeterminación de Murcia, y los riojanos, cántabros y andaluces, etcétera. ¿Qué gente está pensando en eso sin pasar por un psiquiátrico?

Una vez más, aciertan Errejón y Bescansa y yerra Pablo Iglesias, sobre cuya capacidad de análisis y dominio de la estrategia cada día tengo más dudas. Se propuso dar el sorpasso al PSOE y va a conseguir que el sorpasso se lo dé Ciudadanos a Podemos. El podemismo no va a desaparecer, ni mucho menos, de la escena política, pero con Pablo al frente será poco más de lo que era IU antes de la crisis. Una minoría que influye algo, pero no gobierna ni decide.

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