PSOE no sabe no contesta

Su resentimiento con la derecha le induce una ceguera que obnubila el tan necesario sentido de Estado

Yo diría que lo peor de la densa crisis de identidad que están sufriendo los partidos políticos tradicionales en España, es el no sabe no contesta del PSOE. Su versión catalana, aglomerado de maderas diversas, entre las que están las esquirlas del viejo PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya, 1936-1987); surgido de las más rancias esencias del marxismo leninismo en versión catalana; se debate en el quiero y no puedo de un nacionalismo de izquierda. La incompatibilidad de estas dos acepciones, nacionalismo e izquierda, ya da una idea del desconcierto ideológico de la formación, pero la cosa va mucho más allá con la alianza -ya aprobada por el PSOE- entre el PSC y Units per Avançar (UpA), restos de la Unió Democràtica de Catalunya (UDC) de Durán Lleida. UDC fue la más débil de las dos columnas que sostenían Convergència y Unió (CiU, 1978-2015) que dio soporte político a la gran burguesía catalana y, de la mano del ya no honorable Jordi Pujol, hizo germinar los brotes del actual independentismo catalán.

CiU sería la réplica catalanista de la antigua Unión de Centro Democrático y debiera situarse, si eso hoy fuera posible, en el ámbito ideológico del Partido Popular o, un poco más al centro, de Ciudadanos. La UDC, en tanto que partido demócrata cristiano, estaría en una sintonía conservadora de inspiración cristiana. Pues bien, ya es un hecho que los dirigentes más significados de UpA, irán en las listas del PSC en las elecciones catalanas del 21 de diciembre. Uno de ellos, Ramón Espadaler, secretario general de la antigua UDC y exconseller, será el número tres de la candidatura por Barcelona del PSC. Nuestro personaje anda tratando de justificar una proximidad de la nueva UDC al PSC que, mutatis mutandis, serviría para el PP, salvada la componente nacionalista.

Podemos y sus mareas, marcas blancas y adaptaciones, es un mosaico de clasificación imposible, que cobija al no seguido de cualquier acrónimo que suene a orden y concierto. Más antisistema que otra cosa, el universo podemita es una pesadilla para nuestro PSOE, gracias al cual asoma la cabeza en numerosas ventanas del edificio del poder. Mientras éste padece mirando de reojo a nacionalistas, neocomunistas y adanistas, su resentimiento endémico con la derecha le induce una intensa ceguera que obnubila ese sentido de Estado que nos libraría, si no del todo, sí en buena parte, de los verdaderos enemigos de la integridad de España.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios