Francisco J. / Nuñez / Correo@urj.es

Memoria

DEL proceso de paz de Zapatero para acabar con el terrorismo sólo quedan ya las quejas por los trastornos que ha ocasionado. Sin embargo, pese a todas las dificultades, el Presidente del Gobierno ha concluido la legislatura en el Congreso de los Diputados sin cerrar la puerta al diálogo con los que pretenden lograr sus objetivos políticos en el País Vasco por medio de la violencia y el asesinato. Lo cierto es que la resolución del pleno del Congreso que autoriza a dialogar con el mundo etarra en ausencia de violencia mantiene su vigor desde mayo de 2005, sin que haya sido revocada después de los atentados con víctimas llevados a cabo a lo largo de este periodo de tiempo. Ahora estamos en plena precampaña electoral. El mundillo de los partidos anda revuelto.

Las elecciones generales van a decidir el signo político de los diputados y senadores y sabremos quién será capaz de formar un nuevo Gobierno en España. Los eslóganes electorales del Gobierno pintan una situación sin dificultades, que luego nos sorprende cuando vemos que siguen planteándose problemas. Desde luego, será difícil borrar de la memoria el proceso de paz del Presidente del Gobierno para llegar al fin del terrorismo, apartado de lo normal y razonable. Hay que pensar, también, que la modificación de los Estatutos de Autonomía, con el de Cataluña al frente, al borde de la inconstitucionalidad, no ha sido de utilidad para lograr una España más solidaria y más unida. Por el contrario, la escasa aceptación popular de las reformas estatutarias aún colea entre la ciudadanía.

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