Desde saturno

Jorge Bezares

Historia de un relevo

EN 1994, el PSOE celebró también en Granada un congreso que resultó determinante para el devenir de este partido hasta la fecha en Andalucía. Manuel Chaves, que desembarcó de mano de Alfonso Guerra en la candidatura socialista a la Junta como sucesor de José Rodríguez de la Borbolla, incorporó en esa cita congresual a los dirigentes del borbollismo -Zarrías, Pizarro, Torres Vela, Gracia, Pecci, etc…- y derrotó al entonces secretario general del PSOE andaluz, el guerrista Carlos Sanjuán. En la misma ciudad, Chaves y los suyos fueron reelegidos ayer sábado por cuarta vez consecutiva, con Pizarro como vicesecretario general.

Desde que Chaves accediera en 1990 a la presidencia de la Junta, esta grupo ha logrado mantener al PSOE como primera fuerza política andaluza, a pesar de que entre 1994 y 1996 los 61 escaños que lograron PP (41) e IU (20) puso en serio riesgo su hegemonía con la llamada 'pinza' que pactaron Arenas y Rejón.

Sobre la figura política del nuevo presidente andaluz, una persona honesta por encima de todo, los socialistas empezaron a reconstruir una credibilidad que había tocado fondo con los casos de corrupción que salpicaron de lleno al PSOE en los últimos años de Felipe González en el Gobierno. Zarrías, en el Ejecutivo, y Pizarro, en el partido, sin olvidar a Griñán, que volvió como hijo pródigo, fueron fundamentales para que, tras varias legislaturas gobernando en minoría -las de 1996 y 2000-, el PSOE andaluz recuperara en las elecciones de 2004 la mayoría absoluta y propiciara la primera victoria de Zapatero ante Rajoy.

Sin embargo, aunque el pasado 9 de marzo volvió a renovar esa mayoría absoluta, las encuestas dejaron, antes y después de la cita electoral, un dato incuestionable: la mayoría de los andaluces apoyaban un cambio en la Junta. Si éste no se produjo de la mano del PP de Javier Arenas, es evidente que muchos votantes socialistas formaban parte de esa mayoría descontenta.

En su última toma de posesión, Chaves, con su nieta Lucía en brazos, dejó entrever que, a punto de cumplir 63 años y camino de los 18 años al frente del Gobierno andaluz, era el momento de marcharse. Sin embargo, Zapatero pinchó su plan sucesorio evitando que Pizarro se convirtiera en el nuevo secretario general, situó a María del Mar Moreno como la primera en la lista sucesoria de Ferraz al colocarla como secretaria federal de Relaciones Institucionales y Política Autonómica y le obligó, una vez pactado un relevo en dos o tres años, a repetir como secretario general para no crear un largo periodo de interinidad que sólo beneficiaría al PP de Arenas.

¿Lo que viene es mejor que lo que había? Sólo el futuro dirá pero lo dudo. Pero que llegará, con sus planes de jubilación y prejubilación, no me cabe ningún tipo de duda.

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