Un día en la vida

Manuel Barea

mbarea@diariodesevilla.es

Herencia

A la mayoría sus padres les dejan eso, un legado que es un sucinto prospecto de indicaciones para vivir

Algunos los padres les dejan esto, que ya es bastante: un día en la vida, y otro, y después otro y otro y otro, y así los que tengan que ser, con un sucinto prospecto con algunas indicaciones, ni siquiera un manual de instrucciones, algunas de las cuales se cumplen a rajatabla y otras se desechan, y ya se va viendo si se acierta en la elección, si no ha habido error en la obediencia o se ha tenido tino en la rebeldía. O al revés.

A la mayoría los padres les dejan eso, un ahí te quedas hijo lleno de amor y de afecto, pero un ahí te quedas al fin y al cabo. Te hemos enseñado lo mejor que hemos podido, creemos que no está mal para desenvolverte, ya depende de ti, lo que tú hagas ya es asunto tuyo, valóralo y adminístralo como te convenga. Y les dejan acciones y bonos que les permitan no tener que negociar con chivatos ni rastreros y poder tirar para adelante sin sumisiones ni cobardías reverenciales, las peores deudas de un hombre. (Y es difícil, no va bien el mercado actual para esos valores, tantas veces rozando la quiebra con un gráfico de caída en picado en la Bolsa de la Vida.)

A algunos no les parece gran cosa. Más bien poco. La ven como una herencia latosa -puede que haya sido así en algunos casos; sí, sin duda hay padres que debieron hacerse la vasectomía tras su primera polución nocturna-. Y la desprecian. O la malgastan. O la estropean. Pero para otros es todo su patrimonio. Invierten en él. Lo aumentan. Y será, a su vez, lo único que dejen también a sus hijos si los tienen.

Por este legado no hay que pagar ningún impuesto. Es una renta a salvo de tributos. No hay partido político que reclame una tasa por esto (y si lo hubiera no dude de que saltará otro enfrente proponiendo lo contrario). Y quizá habría que pagar por él. Tendrían que hacerlo aquellos de quienes se demuestre que disfrutan de una hacienda de sólidos principios y nobles ideales transmitidos por sus padres. Los contribuyentes a los que les tocase -por el momento una minoría, desde luego- lo harían de buena gana. Quién sabe si con esos ingresos podría fomentarse esa modalidad de herencia.

Por la otra, si es usted de los que se encuentra con la del cortijo, unos miles de euros, el chalé en la playa, un piso sin hipoteca o el coche con la ITV al día, pregunte en ventanilla. O a Juanma Moreno, o a María Jesús Montero, o a Juan Marín. Le informarán encantados. Y el del PP hasta le pedirá un autógrafo. Sí, como a los famosos.

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