el mástil

José / Villalba / Josevillalba@circulonet.com

Golpismo capitalista

CUANDO escribo esta columna, Gadafi ya es un fugitivo despojado de casi todos sus lujos de patán. Continúa así concretándose la reacción en cadena que propicia la caída de una serie de sátrapas de muy distinto pelaje que le está devolviendo al norte de África las ilusiones democráticas. También se extiende la quema hacia otros dictadorzuelos de los alrededores geográficos, y el fenómeno puede parecernos una fiesta de la libertad. Seguro que lo es para quienes acaban de conquistar sus nuevos derechos. Pero sepamos que, a pesar de estas novedosas perspectivas, no soplan buenos vientos para la democracia en el mundo. Los dirigentes de los países desarrollados, casi todos ellos considerados adalides del mundo libre, se están convirtiendo en simples marionetas manipuladas por las mismas figuras en la sombra que deciden el pálpito de los mercados. Hasta ahora creíamos que esta fantasmagoría era otra maniobra de los ricos para aligerar el bolsillo de los trbajadores. Pero todo anuncia que hay algo más. Las bolsas naufragan tragándose los ahorros de las clases medias. Se tambalean los gobiernos "del bienestar". Escuece un presidente negro en la Casa Blanca, y los poderes económicos ya han conseguido, a base de hachazos, que su popularidad toque fondo. Esto no es el atraco de siempre sino un auténtico golpe de estado de los poderes económicos sobre la democracia, del todo entendida como un peligro global. Si no andamos listos, acabará aplastándonos este fascismo plutocrático disfrazado de crisis planetaria. Los poderosos no quieren más comensales en el festín de la opulencia, sino nuevos esclavos que les sirvan la mesa.

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